
Como era de esperar, Arabia Saudita se ha autoproclamado
víctima de un complot chií externo después de su fin de semana de caos interno que incluyó un ataque con misiles
desde Yemen, la muerte de dos príncipes y otros altos funcionarios en tan solo 24 horas y una agresiva represión contra
la disidencia en la familia real que vio cerca de una docena de príncipes bajo
arresto domiciliario. Y...