Los Investigadores Cristin Kearns, Dorie Apollonio y Stanton
Glantz de la Universidad de California en San Francisco han un importante análisis en PLOS
Biology basado en documentos internos del lobby de la industria
azucarera de EE. UU. que muestra que la industria suprimió deliberadamente la
investigación sobre el vínculo entre sacarosa y cáncer de vejiga y la enfermedad
cardíaca en animales, y luego sembraron deliberadamente desinformación sobre
los efectos en la salud del azúcar, utilizando tácticas sacadas del “libro de
estrategias” de negación del cáncer de la industria tabacalera.
El engaño deliberado continúa en nuestros días, con la
publicación de la Asociación Azucarera de una crítica sobre un estudio que
vincula el azúcar y el crecimiento tumoral en ratones, en el que la asociación
mintió sobre sus propios hallazgos en la investigación e insistió en que no
había un vínculo entre el azúcar y el cáncer.
La SRF (que cambió su nombre en 1968 a la Fundación
Internacional en la Investigación del Azúcar, o ISRF) describió el hallazgo en
un documento interno de septiembre de 1969 como "una de las primeras
demostraciones de una diferencia biológica entre la sacarosa y las ratas
alimentadas con almidón". Pero poco después de que la ISRF se
enterara de estos resultados, y poco antes de que se completara el proyecto de
investigación, el grupo canceló los fondos para el proyecto y no se publicaron
los resultados del trabajo.
En la década de 1960, los científicos discreparon sobre si
el azúcar podría elevar los triglicéridos en relación con el almidón, y el
Proyecto 259 habría reforzado el caso de que sí podría, sostienen los
autores. Además, la finalización del Proyecto 259 hizo eco de los
esfuerzos anteriores de SRF para minimizar el papel del azúcar en la enfermedad
cardiovascular.
Los resultados sugieren que el debate actual sobre los efectos
relativos del azúcar frente al almidón puede estar arraigado en más de 60 años
de manipulación industrial de la ciencia. El año pasado, la Asociación
Azucarera criticó un estudio con ratones que sugería un vínculo entre el azúcar
y el aumento del crecimiento tumoral y la metástasis, diciendo que "no se
ha establecido un vínculo creíble entre los azúcares ingeridos y el
cáncer".
Fuente: MedicalXpress
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