Jorge Mario Bergoglio, nuevo Papa
con el nombre de Francisco I, ocultó la complicidad del Episcopado argentino
con la Junta Militar del dictador Jorge Rafael Videla, en un libro en el que
omitió de la transcripción de los documentos originales las frases comprometedoras,
según la investigación realizada por el periodista Horacio Verbitsky.
En el original, un memorándum
sobre la reunión celebrada el 15 de noviembre de 1976 entre la Comisión
Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina (integrada por los cardenales
Raúl Primatesta y Juan Carlos Aramburu, y monseñor Vicente Zazpe) con la Junta
Militar, se expone que "el objeto de la reunión" es "ante todo,
aclarar la posición de la Iglesia" sobre el golpe de Estado de ocho meses
antes y el régimen dictatorial consiguiente. Como se reproduce en su versión
original, tal como está archivado ese memorándum en la sede episcopal de la
calle Suipacha (“Reunión de la Junta Militar con la Comisión Ejecutiva de la
CEA, 15.IX.1976”. Comisión Ejecutiva de la CEA. Caja 24, Carpeta II. Documento
10.937).
La ironía está en que en el prólogo del libro escrito por Bergoglio llamado "El Jesuíta" se puede leer: no debemos tener miedo a la verdad de los documentos. Y por lo que parece, el propósito de este libro es defender su desempeño como
provincial de la Compañía de Jesús entre 1973 y 1979, manchado por las
denuncias de los sacerdotes Orlando Yorio y Francisco Jalics de que los entregó
a los militares (como piensa Verbitsky). En este libro también aparece la transcripción del memorandum sobre la reunión pero el que hoy es pontífice suprimió el concepto central
expresado en la introducción, de “aclarar la posición de la Iglesia” y que
dejaba bien claro: “De ninguna manera pretendemos plantear una posición de
crítica a la acción de gobierno” dado que “un fracaso llevaría, con mucha
probabilidad, al marxismo”, por lo cual “acompañamos al actual proceso de re-organización
del país”. El documento original expresa de forma explícita la “comprensión,
adhesión y aceptación” episcopal de ese "proceso", "emprendido y
encabezado por las Fuerzas Armadas".
Toda esta crítica de Verbitsky para con el entonces cardenal apareció en una nota en el año 2010 , pero lo curioso de esta nota en especial no es la crítica,que no era ni la primera ni la
última vez en la que Verbitsky salía al cruce del religioso, sino que anticipaba
todo lo que ha ocurrido en los últimos meses en el Vaticano. Parte de ella dice así:
"Cuando la publicación más importante de Alemania, Der
Spiegel, se refiere al 'papado fallido' de su compatriota Joseph Ratzinger (el
mismo término que la Inteligencia estadounidense aplica a los estados con vacío
de poder en los que justifica su intervención), el primado de la Argentina y
arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, emprende una operación de
lavado de imagen con la publicación de un libro autobiográfico", dice el
artículo. 'El sacerdote Paolo Farinella escribió en la prestigiosa revista
italiana de filosofía MicroMega, cuyo director Paolo Flores D'Arcais ha
participado en debates públicos sobre filosofía con el papa, que Benedicto XVI
debería pedir perdón a los creyentes afectados por la estrictez del celibato,
por las condiciones en los seminarios y por los miles de casos de abusos de
niños y decirles: 'Me retiraré a un monasterio y pasaré el resto de mis días
haciendo penitencia por mi fracaso como sacerdote y como papa' ",
anticipaba una revista casi tres años antes de que, finalmente, lo allí
expresado se concretara. "La revista alemana menciona el antecedente de
Celestino V, un papa del siglo XIII que renunció porque no se sintió capaz de
cumplir con sus funciones", agregó Verbitsky en su columna del 10 de abril
del 2010.
"Por si algo de eso ocurre, Bergoglio necesita una hoja
de servicios pulida. Ante una pregunta acerca del papa ideal, el presidente de
la Asociación Alemana de Juventudes Católicas, Dirk Tänzler, dijo a Der Spiegel
que preferiría que haya trabajado en una parte pobre de Sudamérica o en otra
región golpeada por la pobreza, ya que tendría una visión distinta del mundo.
La compasión por la pobreza, compartida con la Sociedad Rural y la Asociación
Empresaria AEA, es el nicho de oportunidad elegido por el Episcopado bajo la
conducción de Bergoglio", anticipaba el periodista en su texto.