Ramzan Kadirov |
El presidente de Chechenia, Ramzan Kadirov, ha sido uno de
los principales pilares en la lucha contra el terrorismo en todo el Cáucaso
ruso y en el mundo musulmán. Kadirov, hijo del asesinado mufti checheno, Ahmat
Kadirov, que fue asesinado por terroristas en 2004, es el presidente de esta
república autónoma rusa desde 2007 y ha sido objeto de numerosos ataques en la
prensa occidental.
Chechenia fue un refugio de terroristas internacionales
durante los años 1994 y 1999 en que mantuvo una independencia de facto tras la
primera guerra chechena. De historial tradicionalmente sufí, la república acabó
bajo el control de los wahabíes ayudados por el dinero del Golfo y que buscaban
crear un emirato en el norte del Cáucaso e independizar la región de Rusia.
En 1999, un grupo de militantes invadió Daguestán con el fin
de tomar el control de esta república rusa, vecina de Chechenia. Esto llevó a Moscú
a emprender una acción dirigida a restaurar su control sobre esta última, a la
que se concedió posteriormente autonomía. Tras la llegada de los militares y de
las fuerzas de seguridad rusas, el fenómeno del terrorismo fue gradualmente
desapareciendo allí, aunque posteriormente muchos militantes chechenos se
fueron a otros países a combatir, principalmente Siria.
El mérito por la victoria sobre el terrorismo en Chechenia
corresponde en gran medida a Kadirov, que ha utilizado el arma de la religión
islámica contra el terrorismo destacando la incompatibilidad entre ambos.
Kadirov es un profundo conocedor del Islam, al igual que su padre Ahmat, y ha
tomado medidas para defender y fortalecer la religión en Chechenia en los
últimos años, incluyendo la construcción de mezquitas y la defensa de los
derechos religiosos de las mujeres musulmanas.
Aparentemente, la lucha de Kadirov contra el terrorismo va
ahora más allá de las propias fronteras de Rusia. Él afirmó recientemente que
iba a crear un grupo de seguridad especializado con el fin de seguir el rastro del
líder del Estado Islámico de Iraq y Siria, Ibrahim Samarrai, más conocido con
el nombre de Abu Bakr al Bagdadi, y llevarlo a juicio o eliminarlo.
Chechenia considera su seguridad amenazada por la presencia
de militantes del Cáucaso en Siria e Iraq. Cientos de chechenos extremistas han
viajado a esos países y se han integrado en las filas de ISIS prácticamente
desde la creación del grupo.
La cooperación de Kadirov con Siria quedó de manifiesto a
finales de octubre, cuando él se reunió con el Gran Mufti de Siria, Ahmad Badr
al Din Hassun, y el embajador sirio en Rusia, Riad Haddad. Estos últimos
invitaron al presidente checheno a visitar el país árabe e informaron a Kadirov
sobre el influjo de chechenos extremistas hacia el mismo. Según la prensa
siria, la delegación de Damasco entregó al presidente checheno una lista de los
chechenos muertos y prisioneros en Siria y destacó el hecho de que una gran
parte de los mismos eran residentes en países occidentales.
Kadirov manifestó que los países occidentales tratan de
presentar a los chechenos como terroristas y extremistas y buscan también hacer
luchar a los musulmanes entre sí. Él señaló que el terrorismo wahabí había sido
derrotado en Chechenia y nunca más podría levantar la cabeza allí.
En su opinión, ISIS ha sido financiado y apoyado por los
servicios secretos occidentales. “Bagdadi debería quitarse la máscara y
declarar en voz alta y clara que es
un agente de la CIA”, dijo Kadirov el pasado 28 de octubre. “Ellos (los
miembros del EI) son diablos y su única obsesión es apoderarse de tanto dinero
como puedan. Ellos buscan exterminar deliberadamente a los musulmanes. Bagdadi
debe confesar que está matando a sus hermanos en la fe”, afirmó.
Los hermanos Batirashvili y EEUU
Las acusaciones de Kadirov han sido corroboradas por algunos
medios en EEUU. Según The
Daily Beast, el jefe militar de ISIS, Abu Omar el Checheno, cuyo verdadero
nombre es Tarjan Batirashvili, fue entrenado por los servicios de inteligencia
estadounidenses. El periódico afirma además que su hermano mayor, Tamaz, es el
líder real de los chechenos que combaten en Siria y que están agrupados en la
así llamada Brigada de los Muhayirin y los Ansar.
Según el periódico estadounidense, Tarjan, de 27 años,
trabajó un cierto tiempo con las unidades de élite de los servicios de
seguridad georgianos (Spetsnaz) y, anteriormente con el servicio de operaciones
especiales del Ministerio del Interior georgiano, conocido como KUD o
Departamento de Seguridad Constitucional, que mantienen estrechos vínculos con
las agencias de inteligencia de EEUU.
Siempre según The Daily Beast, después de unirse en 2006 al
Ejército georgiano, cuyo entrenamiento militar es supervisado por EEUU, Tarjan
recibió la misión de vigilar y examinar los tanques rusos en la guerra de 2008
entre Georgia y Chechenia.
Tamaz, por su parte, participó en la guerra de Chechenia de
1999 y llevó a toda su familia a Siria durante el inicio de la crisis en ese
país. “Aunque no se deja ver, él es el cerebro de todos los elementos chechenos
que se unen a las filas de ISIS en Iraq y Siria”, señaló una fuente al diario.
Si esto es verdad, señala The Daily Beast, esto explica por
qué, a diferencia de los otros altos jefes militares del EI, Tarjan se deja
fotografiar ampliamente. Ellos crean la ilusión de que él es “la cabeza de la
serpiente” mientras que el auténtico arquitecto de las operaciones del EI es
Tamaz.
El diario señaló que las afirmaciones del padre de ambos,
Temur, sobre los vínculos de sus hijos con los servicios de seguridad de
Georgia fueron confirmados por un responsable militar de ese país bajo la
cobertura del anonimato. Georgia ha reclutado a antiguos combatientes de las
guerras de Chechenia para hacer frente a las tropas rusas.
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