“El ISDS zombi, rebautizado como ICS, los derechos de las
corporaciones a demandar a los estados se niega a morir”, mostrando cómo el
impulso de los privilegios de los inversores extranjeros en las negociaciones
comerciales con la UE, tales como el acuerdo UE-EEUU (TTIP) continúa, con la
propuesta de la Comisión, renombrando la políticamente insostenible solución de controversias inversionista-estado
(ISDS) como un "Sistema de Tribunal de Inversiones" (ICS). Una
controversia en toda Europa sin precedentes sobre la amenaza democrática planteada
por el ISDS ha conducido que el pasado otoño se cambiara el vocablo ISDS como ICS
en un intento de blindar, en medio de la enorme oposición pública, los
privilegios legales para las corporaciones multinacionales.
Pese a haber pasado inadvertido durante décadas, en los
últimos dos años se ha suscitado una gran polémica alrededor de un elemento
presente en los tratados comerciales internacionales, que ha mantenido a la
ciudadanía, a la política y a los medios de comunicación en vilo. Nos referimos
al denominado mecanismo de solución de controversias entre inversores y
Estados, más conocido por sus siglas en inglés como ISDS.
El ISDS está incluido en miles de tratados internacionales.
Este mecanismo permite a las grandes corporaciones demandar a los gobiernos por
cambios en las políticas públicas – incluidas las de protección ambiental o de
salud – que amenacen con afectar los beneficios privados de las
multinacionales.
Estos casos sobrepasan las cortes nacionales dado que se
dirimen en tribunales internacionales de arbitraje, es decir ante tres abogados
privados que tienen el poder de decidir si son más importantes los beneficios
privados o el interés público. En todo el mundo, los tribunales entre
inversores y Estados han facilitado ganancias mil millonarias a las grandes
corporaciones a costa del dinero de los contribuyentes (es decir, de nuestros
impuestos) – en muchos casos como compensación de alguna medida de interés
público llevada a cabo por los gobiernos.
Como respuesta a la propuesta de la Comisión Europea de
incluir este poderoso régimen legal en el tratado en negociación con los
Estados Unidos, el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP), una
gran ola de oposición se levantó: másde un 97% de respuestas a una consulta pública que tuvo un récord departicipación de 150,000 personas (pdf – pag 14), expresaron su rechazo a
este mecanismo. También han surgido críticas desde el Parlamento Europeo y
entre los propios Estados miembros de la UE. Con ello, el “ISDS” se ha
convertido, en palabras de la propia comisaria de comercio de la UE Cecilia
Malmström, en uno de“los acrónimos más tóxicos de Europa”.
En un intento de darle la vuelta a esta enorme oposición
hacia el ISDS, la Comisión Europea ha decidido cambiarle la etiqueta. En 2015
se anunció una propuesta de reforma que se aplicaría a todos los tratados de la
UE en marcha así como a las futuras negociaciones sobre inversiones, incluido
el TTIP. En lugar del “viejo” sistema del ISDS, la Comisión promete un sistema
“nuevo” y supuestamente independiente, que protegerá el derecho a regular de
los gobiernos: el Sistema de Tribunal de Inversiones, o por su nombre en inglés
Investment Court System o ICS.
El análisis propuesto en este informe muestra que el sistema
en el ICS no finiquita el ISDS. Al contrario, permite que muchas más
multinacionales tengan el poder de esquivar los sistemas legales nacionales y
demandar a sus gobiernos en unos tribunales paralelos en el caso de que las
leyes o regulaciones limiten su capacidad de generar beneficios económicos.
Este sistema, abriría el camino a que miles de millones de euros de nuestros
impuestos vayan directamente a las grandes corporaciones. Atenta contra la
capacidad de decisión sobre políticas que protejan el medio ambiente y a las
personas. Ante todo, amenaza con encerrar a los Estados miembros de la UE para
siempre entre las rejas de la injusticia del régimen del ISDS.
En resumen, la propuesta del “nuevo” ICS revive al ISDS. Es
el ISDS zombi.
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