Lanzadera móvil de misiles antitanque TOW |
La CIA y las agencias de inteligencia de varios aliados de
Estados Unidos en los conflictos de Oriente Medio recientemente han sido puestos
en evidencia por el New York Times. El periódico cita una serie de
funcionarios anónimos de la Casa Blanca que señalan que Arabia Saudita ha
estado manteniendo el papel que Washington estaba jugando en secreto en
diferentes conflictos en toda la región. Por otra parte, las autoridades
saudíes han estado patrocinando en gran medida los intereses estadounidenses en
la región, financiando operaciones llevadas a cabo por las unidades de las
fuerzas especiales estadounidenses.
El New York Times señala que las relaciones
"comerciales" entre la CIA y Arabia Saudita se remonta a finales de
1970, cuando los jeques de Riad organizaron el llamado Safari Club - "una
coalición de países como Marruecos, Egipto y Francia - que realizaron operaciones
encubiertas en África en un momento cuando el Congreso recortó las alas de la
CIA por sus años de abusos".
Hay pocas dudas de la financiación de operaciones de la CIA
en Afganistán, Angola y otras partes del mundo, y la posterior creación de
Al-Qaeda, el Estado Islámico, que han recibido un fuerte apoyo con armas y
dinero.
En cuanto a la guerra en Siria, la CIA y Arabia Saudita ya
en 2013 acordó llevar a cabo una operación conjunta bajo el nombre en clave: Timber
Sycamore, con el principal objetivo de derrocar al presidente sirio. En
virtud de este acuerdo, los saudíes han estado proporcionando armas y recursos,
mientras que la CIA entrenó a "insurgentes" antes de desplegarlos al
campo de batalla. El periódico nombra a otros "patrocinadores"
de la campaña de la CIA: Turquía, Jordania y Qatar. Aunque la cantidad
exacta de la "contribución" de cada uno de los Estados a la operación
secreta en Siria sigue siendo desconocida, se menciona que Arabia Saudita ha
sido uno de los principales patrocinadores, proporcionando miles de millones de
dólares.
Gracias a The New York Times, ahora podemos confirmar que en
el período desde 2.012 hasta 2.014 el príncipe Bandar bin Sultan, el entonces
director general de la Agencia de Inteligencia de Arabia compró misiles
Raytheon TOW antitanque para armar a
grupos extremistas. Esos grupos se han unido ya al-Qaeda y ahora están
utilizando este equipo contra las fuerzas gubernamentales en Siria. El
jefe de la CIA en la región supervisó todas estas operaciones, ya que tenía
mejores relaciones personales con las autoridades saudíes que el embajador de
Estados Unidos. Estos temas eran discutidos por lo menos una vez al mes en
Washington por él, el ex director de la CIA y el príncipe Bandar.
Recientemente las relaciones entre Washington y Riad han
estado en declive, ya que los EE.UU. son menos dependientes de las
importaciones de petróleo y comenzó un acercamiento con Irán. Sin embargo,
la "alianza" criminal no se va a acabar a corto plazo, ya que las
operaciones encubiertas de Estados Unidos en la región aún están siendo
patrocinadas por Arabia Saudita. Este hecho explica por qué Washington se
resiste a criticar abiertamente a Arabia Saudita por su continua violación de
los derechos humanos, el tratamiento de las mujeres y el apoyo al movimiento
radical islámico - wahabismo.
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