La primera vez que el ser humano se entregó a la pasión
de la suerte fue en las Saturnalias, las fiestas romanas de diciembre
cuando la Navidad aún no existía. La segunda también fue en otras
fiestas dedicadas al mismo dios pagano Saturno, las Lupercales. Las Lupercales eran un festival de
fertilidad, tanto de animales, campos y personas, dedicado al dios Fauno
(también llamado Pan) de gran y prolongada popularidad. Se celebraban el día 15
de febrero y eran fiestas lujuriosas, muy esperadas por los jóvenes, que
elegían mujeres para que fueran sus compañeras de placer durante el año y que
en muchas ocasiones terminaban por ser sus esposas. Para ello, introducían en
una caja tarjetas con el nombre de las jóvenes. Por turno los varones metían la
mano y sacaban el nombre de la "elegida". La primera Lotería de la
historia es por tanto un sorteo de mujeres.
Se celebraban el día 15 de febrero, con el sacrificio de un
perro y una cabra como signo de purificación. A continuación cortaban la piel
de los animales sacrificados en tiras, llamadasfebrua y se
inciaba el frenesí donde los sacerdotes corrían armados con los trozos de piel
bañados en sangre, con los que golpeaban a las mujeres. Estas lo agradecían
en la creencia de que así serían más fértiles y su cuerpo estaría mejor
preparado para el embarazo y el parto. Del nombre de estas correas
ensangrentadas (februa o purificación en latín) procede la denominación
del mes de Febrero.
Las carnes de las mujeres acababan de color púrpura, color
que acabó representando a las que ejercían la prostitución en general, en
especial la prostitución sagrada con los sacerdotes lupercos, quienes eran
llamadas Lupas (de ahí lo del lupanar) o Lobas. Paradójicamente, hoy en día el
color púrpura es el color del feminismo.
Con el auge del cristianismo, la iglesia quiso cristianizar
esta festividad y sustituirla por el 14 de febrero, fecha en que había muerto
martirizado San Valentín. Para ello propuso cambiar el sorteo de forma que lo
que se escogía era el nombre de un Santo al que imitar durante todo el año.
Imagino el entusiasmo con que chicos y chicas acogieron la nueva iniciativa,
aunque la adaptaron a su modo: participaban en el sorteo y la tarjeta del Santo
que les tocaba en suerte la enviaban a la muchacha que les gustaba con sus
declaraciones de amor y pasión. La costumbre de enviar tarjetas de amor
ha perdurado hasta nuestros días, el sorteo se olvidó y san Valentín
sustituyó al fauno Luperco.
Entre los días 17 y 23 del mes de diciembre se
festejaban las Saturnalias, origen de nuestra Navidad, aunque en
realidad eran una mezcla de Navidad y Carnaval. Estaban dedicadas como
no, a Saturno, a quien se ofrecía un sacrificio en su templo como preludio de
un banquete y posterior fiesta de la más absoluta permisividad y libertinaje. Toda
la vida en Roma se paralizaba, mercados, escuelas, Senado y Tribunales y se
permitían todo tipo de juegos de azar y apuestas. Era habitual
encender velas y hacerse pequeños regalos o muñequitos de arcilla -precursores
del belén - y también hacer pequeñas bromas o inocentadas - precursoras de
nuestro día de los inocentes.
Dioses, Zodíacos,
Loterías...todos buscamos el Dinero, muchos también el amor/compañía, el
amor/sexo. el amor/pauta social, el amor/satisfaccion-de-mis-necesidades… el
ser humano siempre busca el AMOR, pero lo busca fuera. A veces piensa que
lo encontrará en un sorteo como en las ancentrales Lupercalias, orígen de la
Lotería, pero olvida que lo guarda dentro, en ese el corazón. Y hasta que no recupere la consciencia de
este hecho, seguirá necesitando muchas loterías, muchos zodíacos y mucho
prozac.
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