Después de que nos hemos dado cuenta de que detrás de
sistemas políticos, económicos y sociales se encuentran grupos y jerarquías
dirigiendo desde el parcial anonimato, no nos debería extrañar que exista
también un entramado establecido por el que aceptamos someternos a través
de la manipulación de las leyes y del lenguaje usado en estas.
Pensamos que estas leyes son creadas por un poder
legislativo independiente electo por medio del sistema democrático para el
bienestar y el buen funcionamiento de una sociedad. Pero, ¿Qué ocurre cuando
las leyes comienzan a actuar en contra del bienestar y la libertad de las
personas? ¿Cómo pueden coexistir la esclavitud y la creencia de que vivimos en
una sociedad libre amparados por derechos supuestamente inalienables, mientras
el estado y las leyes nos imponen limitaciones a estos derechos?
Conocemos las cada vez mayores restricciones a la libertad
de expresión (Ley Sinde), libertad de movimiento, (Escáneres corporales y
controles en aeropuertos, restricciones a libertades en las vías públicas en
forma de las llamadas ordenanzas para la convivencia.
La razón por la que tienen poco que ver los derechos que
piensas que tienes con los que en realidad se aplican, radica en
obtener mediante refinados trucos y manipulaciones del lenguaje, tu
consentimiento para ser gobernado, convirtiéndote en una corporación o persona
jurídica que pasa a ser regida por la Ley Marítima.
La Ley Marítima o Ley de Admiralidad es un
cuerpo normativo internacional que rige las relaciones entre entidades de Derecho privado o
corporaciones dedicadas al tráfico marítimo, y tiene su origen en los usos
comerciales de los antiguos egipcios, fenicios y griegos que llevaban a cabo
comercio marítimo en el Mediterráneo. Fué primero recopilado en la edad media
en el Llibredel Consolat de mar de Barcelona, que aún sigue siendo
internacionalmente el texto de referencia sobre Ley Marítima.
Si miramos nuestro Documento Nacional de Identidad, permiso
de conducir y cualquier documento emitido por organismos públicos, nos daremos
cuenta que el nombre de la persona está escrito todo en MAYUSCULAS, en
documentos españoles y de casi cualquier pais occidental. Piénsalo bien, ¿qué
razón estética, informática o legal pueden aducir para usar en toda
documentación emitida por el estado esta forma de escribir los nombres, aún en
contra de los usos gramaticales?
En el momento de tu nacimiento, los padres o cualquier
persona que represente al recién nacido hacen un registro en el Registro Civil.
En ese mismo instante, una corporación es creada con un nombre similar al tuyo,
pero escrito en MAYUSCULAS, de la misma forma que los nombres de barcos o
empresas. De esta manera se crea una corporación, una ficción legal que tu, el
hombre o mujer de carne y hueso acepta inconscientemente representar y con ello
aceptar ser regida por la Ley de Almirantazgo. Esto es lo que en el derecho de
la antigua roma se conocía como Capitis deminutio máxima, la
pérdida total de derechos de una persona.
Para entender el porqué de tan refinada farsa debemos
remontarnos a la gran recesión (creada) tras la I guerra mundial y a la quiebra
de los estados. La Corporación conocida como The United States entró en estado de insolvencia en 1933, a través del
Emergency Banking Act del 9 de Marzo de 1933. Para poder continuar funcionando,
la corporación USA ofreció sus empleados (ciudadanos) a la Reserva Federal como
garantía de la deuda. En 1933 se introdujo la obligatoriedad del registro de
nacimiento, y el Certificado de Nacimiento funge desde entonces como título de
Valor, parecido a las acciones en la bolsa. Su valor se corresponde las
ganancias promedio que se esperan de una persona a lo largo de una vida
promedio, proveniente de su fuerza de trabajo, ideas creativas, experticia,
consumo, impuestos, enfermedad y las que aún se les puedan ocurrir. Este
sistema se ha establecido a lo largo del mundo, y es válido para la mayoría de
países occidentales, con diversos matices.
Ya que el Dólar, el Euro y en general las monedas ya no
están vinculadas al patrón oro y son creadas por los “Bancos Centrales”
privados (FED, Banco Central Europeo) y son simples letras de cambio que
representan una deuda, éstas solo están cubiertas por el crédito involuntario
que las personas le dan a “su Estado” con el registro de su nacimiento, y con
la energía en forma de trabajo esclavo con la que sostenemos el sistema.
Desde este punto de vista, en España esta creación de una
corporación, que pasa a ser representada por el hombre o mujer de carne y hueso
(y espíritu) salta a la vista si nos detenemos a observar que el número
asignado al Documento Nacional de Identidad es idéntico al Número de
Identificación Fiscal, necesario para ejercer actividades comerciales. Este
número le es asignado a españoles y extranjeros residentes en España,
independientemente de que ejerzan actividades comerciales o laborales, ya que
el documento se emite al cumplir los 14 años de edad, o incluso antes de manera
optativa.
Al estar basada toda esta manipulación en la perversión del
lenguaje, (necesaria para respetar el libre albedrío)es en él en dónde
encontramos ejemplos e indicios de como este sistema funciona. La mayoría de
estos términos suelen venir del inglés, como los tristemente famosos daños
colaterales, collateral damage. Collateral tiene en inglés también el
significado de garantía de una deuda, por lo tanto se refiere
a la pérdida de una mera mercancía. El término Recursos Humanos nos
recuerda que somos considerados como un bién a administrar, una parte más de
los recursos de una corporación. La tergiversación del lenguaje más conocida es
la aplicada en países anglosajones por la policía, que al preguntar: do
you understand? (¿entiende? ) en realidad buscan que el sujeto acepte
entrar en contrato bajo Ley Marítima y en realidad quieren decir: do
you stand under? (¿se somete?). Esto es un juego del lenguaje que es
aprendido por los agentes en la práctica y probablemente sin saber por completo
sus connotaciones, al ser ellos solo parcialmente conscientes de la profundidad
de la manipulación del sistema.
Pronto habrá una ampliación sobre este tema....
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