SWIFT es una sociedad cooperativa propiedad de sus miembros
a través de la cual el sector financiero lleva a cabo sus operaciones de
negocios de forma rápida, segura y fiable. Más de 10 500 entidades financieras
y sociedades de 215 países depositan su confianza en nosotros cada día para
intercambiar millones de mensajes financieros estandarizados. Esta actividad
implica el intercambio seguro de los datos privados de tal forma que se
garanticen su confidencialidad e integridad.(fuente).
Rusia y China están discutiendo la posibilidad de crear un
instrumento análogo al SWIFT para las transacciones financieras entre los dos
países, señaló el viceprimer ministro ruso, Igor Chuvalov, tras sus encuentros
en Pekín con representantes de empresas chinas en el marco de una reunión de la
Comisión Rusia-China sobre Inversiones.
Chuvalov señaló que el lado chino había apoyado la
iniciativa y que los departamentos rusos competentes están estudiando en la
actualidad la posibilidad de su implementación.
La idea de crear un sistema análogo al SWIFT se produjo
después de las amenazas formuladas por los países de la UE de expulsar a Rusia
del sistema mundial de pagos interbancarios en el marco de las sanciones
aprobadas por los acontecimientos de Ucrania. No es seguro que esta amenaza
pueda ser puesta en práctica en la realidad dada la interdependencia económica
entre Rusia y la UE. Así por ejemplo, la cuota del gas ruso en el mercado
europeo ha aumentado desde el 25% al 33% en cuatro años. Y Ucrania estará obligada
a llegar a un acuerdo sobre la factura del gas con Rusia. De este modo, el
excluir a Rusia del sistema de pagos conllevaría numerosos problemas.
Estos llamamientos a desconectar a Rusia del sistema SWIFT
parecen, pues, declaraciones retóricas. Sin embargo, no cabe excluir que puedan
ponerse en marcha en algún momento del futuro. Así por ejemplo, el Reino Unido
propuso desconectar a Rusia del sistema SWIFT durante dos semanas. Irán ha sido
ya víctima de una medida similar de exclusión como parte de las sanciones que
sufre.
De este modo, la amenaza de sanciones ha creado un
sentimiento de incertidumbre entre los hombres de negocios e inversores. Para
evitar cualquier eventualidad, Rusia ha propuesto crear su propio sistema de
pagos internacionales, explica el economista en jefe del Sberbank CIB, Eugueni
Gavrilenkov.
“Esta idea es lógica y realista. Es posible crear un sistema independiente puesto que la tecnología SWIFT no es única. Todo el proceso podría llevar unos dos años. Otra cuestión es hasta qué punto un sistema de este tipo sería demandado por el mercado, puesto que el SWIFT es un sistema mundial que todo el mundo utiliza”.
Según Gavrilenkov, la viabilidad de este sistema dependerá
del número de bancos que estén interesados en utilizarlo. Los bancos chinos han
mostrado ya su interés en la creación del mismo. Una alternativa al SWIFT es
una perspectiva muy atractiva para China, puesto que le permitirá reducir su
dependencia con respecto a la voluntad política de los estados occidentales en
el terreno comercial. Esto se une a sus planes para ir reduciendo
progresivamente la utilización del dólar en favor del yuan en las transacciones
internacionales.
Si la alternativa al sistema SWIFT está destinada a
garantizar los pagos bancarios, habrá también una alternativa de pago a los
particulares rusos sin pasar por los sistemas de pagos occidentales. Se trata
de extender el sistema de pagos chino Union Pay al mercado ruso. De momento,
este sistema de pagos juega un papel marginal en Rusia. Sin embargo, en el
curso de los próximos tres años el número de tarjetas de Union Pay en Rusia
alcanzará los dos millones, según el portavoz del sistema chino Fang Riguang.
El viceprimer ministro ruso Igor Chuvalov declaró que la
Union Pay está lista para cooperar plenamente con Rusia en la creación de un sistema
nacional de tarjetas de crédito y débito. La parte china ha propuesto que su
infraestructura sea utilizada para efectuar los pagos en yuanes y rublos.
El sistema de pagos chino no va a expulsar del mercado ruso
a las tarjetas Visa o Master Card. Sin embargo, las perspectivas de la
aparición de sistemas alternativos en los mercados nacionales e internacionales
son muy prometedoras. Casi la mitad de los intercambios bilaterales entre Rusia
y China serán realizados ya próximamente en rublos y yuanes, según el
viceministro de Finanzas ruso, Alexei Moisseyev.
Los presidentes de los dos estados declararon en mayo de
este año su voluntad de aumentar la proporción de sus transacciones realizadas
en yuanes y en rublos, dijo Moisseyev, añadiendo que los dos países van a
preparar un acuerdo intergubernamental sobre las transacciones en las monedas
nacionales.
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