Human Rights Watch ha descubierto una fuerte evidencia del
uso de las municiones de racimo prohibidas internacionalmente por fuerzas de la
coalición liderada por los árabes sauditas en Yemen, y que los civiles han sido
blanco en algunos casos.
Visitando el Saad, también conocido como Ansar Allah, en el
norte de Yemen, HRW descubrió que un número de civiles había sido herido por bombas
de racimo, incluyendo un niño de 10 años de edad, quien cogió una munición sin
explotar pensando que era un juguete.
Las bombas de racimo están lejos de ser precisas en su
capacidad de golpear un objetivo, y a menudo dejan atrás submuniciones que no detonan
en el impacto, manteniéndose efectivas durante décadas - creando de facto de un
campo de minas con una extensión de un campo de futbol, que pueden mutilar o
matar. Los civiles son las víctimas más frecuentes cuando se tropiezan con
estos artefactos sin explotar años después de que fueran lanzadas las bombas
originales.
Una disposición de la Convención de 2008 sobre las Municiones en Racimo prohíbe
el uso, producción, almacenamiento y transferencia de las bombas insidiosas, y
aunque ninguno de los diez miembros de la coalición liderada por Arabia Saudita
es parte en ese acuerdo, HRW y otras naciones han implorado a los responsables para
que pongan fin a su uso en el Yemen. En total, 116 países han firmado el
tratado, pero los EE.UU. y Arabia Saudita no se encuentran entre ellos.
"La Coalición contra las Municiones en Racimo
condena el uso de municiones de racimo en Yemen y pide a todas las partes que
aseguren no usarlas en la zona", dijo Megan Burke, director de la Coalición contra las
Municiones en Racimo. Ole Solvang, un investigador senior de emergencias
de HRW, se hizo eco de la preocupación.
"La coalición liderada por Arabia y otras partes en
conflicto en Yemen tienen que reconocer que el uso de las municiones de racimo
prohibidas es muy probable que dañe a los civiles. Estas armas no pueden
distinguir los objetivos militares de los civiles, y sus submuniciones sin
estallar amenazan a la población civil, especialmente a los niños, incluso
mucho después de la contienda”.
Según señaló HRW han sido identificado elementos BLU-108 de
la CBU-105 Sensor Fuzed, fabricada por Textron Systems - suministrados
por los EE.UU. a Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos en los
últimos años. Esta bomba de racimo en particular está prohibida por la
Convención, pero la política de Estados Unidos permite su exportación. Aunque
la política de exportación decreta que el país receptor debe aceptar que las
bombas "sólo serán utilizadas contra objetivos militares
claramente definidos y no se utilizarán cuando se tenga constancia de la
presencia de o en áreas normalmente habitados por civiles" ,
parece que se utilizaron cerca de zonas pobladas en Yemen.
El Departamento de Defensa está llevando a cabo una
investigación sobre los informes , y un portavoz instó a todas las partes a "respetar
el derecho internacional humanitario, incluida la obligación de adoptar todas
las medidas posibles para minimizar el daño a los civiles”.
Belkis Willie, investigador de HRW en Yemen y kuwait, dijo a RT que tiene serias preocupaciones sobre
cuál son los objetivos la Coalición: "El problema es la elección del
destino. Hemos visto varios casos en los que el objetivo, seleccionado por
la Coalición es, potencialmente, una violación de las leyes de guerra y
realmente pone en duda las razones que la coalición tiene para la selección de
sus objetivos".
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