El gobierno de
Arabia Saudita está desatando una campaña diplomática vigorosa para bloquear
una propuesta de las Naciones Unidas para una investigación sobre derechos
humanos referente a los seis meses que lleva de asalto militar a
Yemen - librada con el respaldo de los poderes internacionales,
incluyendo los Estados Unidos.
El presidente Barack Obama hasta ahora ha guardado silencio
sobre la resolución, que fue presentada por los Países Bajos el Jueves y pide
al Consejo de Derechos Humanos de la ONU que ponga en marcha una investigación
sobre los abusos cometidos por todas las partes.
La propuesta holandesa requiere que el Alto Comisionado de
la ONU "envíe una misión, con la asistencia de expertos en la materia,
para supervisar e informar sobre la situación de los derechos humanos en
Yemen". Además, la resolución pide a las partes conceder el acceso a la
ayuda humanitaria, en una clara referencia al bloqueo naval, tanto de alimentos
como de ayuda médica, liderado por Arabia y respaldado por Estados Unidos.
La propuesta sigue a la llamada, a principios de este mes,
por el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, el Príncipe Zeid Ra'ad Al Hussein a una investigación "internacional,
independiente e imparcial" sobre violaciones de derechos humanos. Grupos
como el Instituto de El Cairo para los Derechos Humanos, el Centro del Golfo
para los Derechos Humanos y Human Rights Watch también han instado a la
comunidad internacional que pongan fin a la "impunidad que alimenta la
crisis humanitaria" en Yemen.
"Sin un final a este conflicto mortal a la vista y una
crisis humanitaria en espiral, el sufrimiento de los civiles está en su punto
de máximo histórico" James Lynch, subdirector de Oriente Medio y África
del Norte de Amnistía Internacional, advirtió en un comunicado difundido el viernes. "La comunidad
internacional debe aprovechar este momento para establecer una investigación creíble,
internacional que ofrezca esperanza para la rendición de cuentas y la justicia
para las víctimas de violaciones graves y abusos en Yemen”.
Sin embargo, el gobierno de Arabia Saudita y algunos de sus
aliados clave parecen decididos a impedir dicha investigación.
"Diplomáticos saudíes han presionado enérgicamente tanto
en países de Asia, estados africanos y europeos a través de sus capitales o con
misiones en Ginebra", según Nick Cumming-Bruce informa en el New York Times.
"Los países del Golfo de Bahrein, Qatar y los Emiratos
Árabes Unidos han abogado por dejar de lado los planes para una investigación
independiente sobre violaciones de los derechos en Yemen", escribe Lynch en Foreign Policly, citando las notas
obtenidas a partir de una reunión intergubernamental el 17 de septiembre. "Ellos
apoyaban una comisión de investigación establecida por el gobierno de Hadi,
respaldado por el saudí, para darle la oportunidad de demostrar que tiene la capacidad
para hacer el trabajo”.
Lo que es más, Arabia Saudita presentó una resolución en
competencia el lunes con exclusión de toda referencia a una investigación
independiente y se centra exclusivamente en los abusos cometidos por las "milicias
Houthi contra el gobierno”.
A pesar de su papel en la guerra, los EE.UU. todavía no ha
intervenido en el debate.
"Los Estados Unidos, que ha proporcionado un amplio
apoyo a la coalición de Arabia, ha sido sorprendentemente discreto sobre si una
misión de la ONU debe ser enviada a investigar los crímenes en Yemen", dijo Philippe Bolopion, de Human Rights Watch. "Esto
está en marcado contraste con el apoyo de Estados Unidos para consultas y
misiones internacionales en Siria, Corea del Norte, Libia, Sri Lanka y Eritrea”.
El mutismo del gobierno de Obama está en consonancia con su
silencio aún mayor sobre la campaña militar saudí, que los EE.UU. está armando,
políticamente respaldando y dando apoyo logístico y de inteligencia.
Al menos 2.100 civiles, entre ellos más de 400 niños, han
sido asesinados, la gran mayoría por la alianza saudí, que está acusada de crímenes de guerra. La coalición
también ha disparado bombas de racimo producidas en los Estados Unidos y
lanzó ataques aéreos mortales en almacenes de ayuda humanitaria, campamentos de
desplazados internos, fábricas, barrios residenciales densamente poblados,
escuelas y centros de acogida.
Los esfuerzos del gobierno saudí para evitar una
investigación llegan en medio de la creciente preocupación por el reciente nombramiento
de la petro-monarquía para encabezar un panel
de derechos humanos en la ONU, nombramiento que dió la bienvenida el Departamento de Estado de Estados
Unidos.
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