Hay un nuevo desarrollo en la historia humana que se está produciendo y que no se está contando.Aquí, intentamos explicarlo.

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31 mar 2014

Agua mineral ¿Veneno embotellado? (vid)



PET (Polietileno Tereftalato): EVITAR Comunmente Encontrados en: botellas de refrescos, botellas de agua, botellas de aceite de cocina Riesgos: Puede desprender antimonio y los ftalatos.

HDPE (Polietileno de Alta Densidad): LOS MÁS SEGUROS Comunmente Encontrados en: Botellas de leche, bolsas de plástico, envases de yogurt.

PVC (Policloruro de Vinilo, Vinilo): EVITAR Comunmente Encontrados en: Botellas de condimentos, film transparente, anillos de dentición, juguetes, cortinas de baño RIESGOS: Desprenden plomo y ftalatos, entre otras cosas. También pueden emitir gases de productos químicos tóxicos.

LDPE (Polietileno de Baja Densidad): LOS MÁS SEGUROS Comunmente Encontrados en: Las bolsas que ofrecen los supermercados para cojer frutas y vegetales y contenedores de alimentos

PP (Polipropileno): LOS MÁS SEGUROS Comunmente Encontrados en: tapas de botellas,plásticos para almacenar alimentos, vajillas plasticas

PS (Poliestireno, también conocido como espuma de poliestireno): EVITAR Comunmente Encontrados en: bandejas de carne,vasos y platos desechables RIESGOS: Pueden desprender cancerígenos y alquilfenoles estrogénicos.


Otros: Estos plásticos pueden ser una opción más segura, ya que pueden ser muy duraderos y resistentes a altas temperaturas ocasionando una menor lixiviación. Plásticos nuevos biodegradables a base de plantas, como PLA (ácido poliláctico) también entran en la categoría Nº 7.

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¿Quién está detrás de los productos de la cesta de la compra?


¿Sabes quién está detrás de los productos que llenan su cesta de la compra? El universo de marcas que puebla el lineal del supermercado puede ser una ilusión. Detrás, pocas y muy grandes empresas controlan el mercado. La distribución, el comercio de cereales o la producción de semillas son también negocios en pocas manos.



Se ha planteado alguna vez qué tienen en común el detergente Ariel, las pilas Duracell, las cuchillas de afeitarGillette, el champú Pantene y el maquillaje de Max Factor? Pues que todas pertenecen a la misma compañía: la estadounidense Procter & Gamble (P&G), el líder incontestable en la industria de consumo. ¿Y sabría decir quién está detrás de elementos tan cotidianos como las sopas Knörr, el desodorante Axe, los helados Frigo o la crema Pond’s? ¿No? Sencillo, el fabricante es otro gigante del sector: la anglo-holandesa Unilever, que suma un portafolio de más de 400 marcas y 2.000 millones de clientes en todo el planeta.
Muchas veces, cuando llenamos el carro de la compra y elegimos un producto en lugar de otro, no somos conscientes de que, compremos el que compremos, estamos alimentando la facturación de la misma empresa. ¿No se lo cree? Pues sepa que la batalla comercial entre las compresas de Evax y las de Ausonia no es real. Ni tan siquiera si entran en liza los tampones de Tampax. Los tres productos de higiene femenina pertenecen al gigante norteamericano.


Sin duda, el universo de marcas que nos rodea es abrumador. Miles de productos entre los que escoger con diferentes sabores, texturas, colores y promesas para nuestro paladar y nuestro bien estar. Pero, ¿qué esconde este entramado de enseñas? “Los supermercados modernos ofrecen una poderosa ilusión de elección: infinitas marcas controladas por muy pocas y grandes empresas”, sentencia rotundo Patrick Woodall, director de Investigación de Food & Water Watch, una organización sin ánimo de lucro con sede en Washington que vela por que los alimentos y el agua que se consumen sean seguros, accesibles y producidos de manera sostenible.


Solo diez empresas, P&G, Unilever, Nestlé, Kraft, Johnson &Johnson, General Mills, Coca-Cola, Kellogg’s, Mars y PepsiCo,  están detrás de más de mil enseñas habituales en cualquier casa. The Coca-Cola Company, por ejemplo, no solo da nombre a la bebida refrescante de la chispa de la vida, sino que, además, atesora más de quinientas marcas, entre ellas los refrescos Sprite y Fanta o la bebida isotónica Powerade. Y su gran rival PepsiCo es dueña de los Doritos, las patatas fritas Lay’s y los zumos Tropicana. Resulta obvio que los cereales Special K o los Corn Flakes que se comen para desayunar en miles de hogares llevan el sello de Kellogg’s, la compañía con sede en Battle Creek (Michigan). Y que Nescafé y los helados Nestlé pertenecen a la misma casa. Pero no lo es tanto que los platos preparados de Maggi, los helados de Häagen-Dazs, la pasta deBuitoni, la fabada Litoral y la comida para animales Purina también pertenezcan a Nestlé. Como tampoco es evidente a los ojos del consumidor que la multinacional suiza sea, a su vez, uno de los accionistas de referencia de la firma de cosmética L’Oréal.

Falta transparencia? “Todo es más sencillo. Las empresas utilizan otras marcas diferentes a la líder cuando el producto rompe con la imagen atribuida a la enseña de referencia o cuando quieren ocupar otros segmentos de mercado”, señala el profesor del IESE, Jaume Llopis.


Desde Promarca, la asociación que engloba a los fabricantes de productos de gran consumo de España, su presidente Ignacio Larracoechea, defiende que “éste es uno de los mercados más fragmentados que existen”. Y es que estos titanes industriales están abocados a convivir en cada país tanto con marcas de corte local que han sabido ganarse su hueco como con las enseñas propias del distribuidor (la mal llamada marca blanca).


En España, por ejemplo, Nesquik de Nestlé no ha podido imponerse al referente de su categoría: Cola Cao, de la catalana Nutrexpa. Como también son líderes las galletas Cuétara (Nutrexpa), las sopas de Gallina Blanca(Agrolimen) y el vino Don Simón (G. Carrión). “Si una empresa tiene un excelente producto, no tiene ningún problema en tener su hueco”, afirma Llopis, un gran conocedor del sector por su trayectoria profesional –ha sido, entre otros cargos, consejero delegado del Grupo Borges y director de Nestlé España–. Por su parte,Mercadona, el líder de la distribución nacional, sacó de sus tiendas más de 500 marcas de fabricantes para colocar en el lineal su Hacendado, su Deliplus, su Bosque Verde… “Y aquí no siempre  hay transparencia”, advierte este profesor.

GOLIAT Y DAVID. Con todo lo grande que es P&G [factura casi 84.000 millones de dólares], Larracoechea asegura que en España representa solo el 3,2% de las ventas de envasados de Carrefour. Para los fabricantes, la verdadera limitación a la capacidad de elegir del consumidor es otra. “La distribución tienen un grado de concentración seis veces más grande que la de los fabricantes. ¿Quién tiene la fuerza entonces?”, cuestiona el presidente de Promarca. Hasta la Comisión Nacional de la Competencia constató en 2011 que el número de fabricantes dependientes de los distribuidores –cuando éstos suponen un 10% o más de sus ventas en alguna categoría– ha pasado del 65% en 2003 al 83% siete años después. 

Esta desigualdad no impide, sin embargo, que un coloso como Unilever [con unas ventas de 51.300 millones de euros] fuera nombrado en 2010 “el mejor proveedor del mundo” por Walmart, el líder mundial de la distribución, y que un año después, Tesco, el tercer mayor distribuidor del mundo, le eligiese “el proveedor internacional del año”. La compañía anglo-holandesa, además, vende sus productos en ¡diez millones de pequeñas tiendas en más de 170 países!

Si bien los datos de Euromonitor International confirman la fragmentación de la que habla Larracoechea –Nestlé, el incontestable líder global, solo controla el 3,4% de la cuota mundial–, la concentración en algunos  segmentos “es, ciertamente, elevada”, matiza Ildiko Szalai, analista senior de la firma de análisis de mercado. Y para muestra un botón. Solo cinco empresas, Kellogg’s, General Mills, Cereal Partners Worldwide –una joint venture entre Nestlé y General Mills–, Quaker (PepsiCo) y Ralcorp, controlan el 65% del segmento de cereales. La todopoderosa Coca-Cola tiene ella sola un 26% de cuota global. Y entre P&G, L’Oréal (participada por Nestlé), Unilever, Colgate-Palmolive y Avon suman el 36% del negocio mundial de belleza y cuidado personal.


“Los monopolios ya no son un problema. Ahora la necesidad de acaparar el mercado toma una nueva forma: el oligopolio, que se está convirtiendo en la regla en un creciente número de industrias”, señala el periodista Steve Hannaford, autor del l libro Market domination.


Ciertamente, no es un fenómeno aislado. Philip H. Howard, profesor de Recursos Naturales de la Universidad de Michigan, ha liderado un estudio sobre la concentración en la industria del vino en Estados Unidos y los resultados son reveladores: más del 50% de los caldos que se venden en el país los producen, licencian o importan solo tres compañías: E&J Gallo, The Wine Group y Constellation Brands. Da que pensar, ¿verdad? “Quizá es más evidente que el sector de los refrescos está controlado por Coca-Cola y Pepsi y el de la cerveza, por [la belga] ABInBev y [la británica] SABMiller, pero hasta yo me sorprendí por el grado de concentración en la industria del vino”, afirma.


¿Ha oído alguna vez hablar de Cargill, ADM, Bunge o Louis Dreyfous? Seguro que no. Estas empresas no hacen anuncios en televisión ni promociones en el supermercado, pero por sus manos pasan el 90% de los cereales, el café, el cacao y la soja del mundo. Son commodities traders. Solo las dimensiones de Cargill, la mayor compañía agrícola de Estados Unidos, impresionan: factura 133.900 millones de dólares, es el segundo productor de vacuno del país, una de las mayores compañías de cacao del mundo, vende fertilizantes y posee empresas dedicadas a convertir el maíz en biocarburantes, en alimentos para personas y en piensos. “En Estados Unidos hay 900.000 ganaderos, pero sólo cuatro compañías compran el 80% del ganado para matarlo y envasarlo, lo que significa que hay pocos competidores pujando. Y ese poder económico desciende por la cadena de valor hasta nuestras cocinas”, señala Woodall.


¿Y qué me dicen Monsanto, DuPont, Syngenta y Limagrain? Seguro que tampoco le suenan. Sin embargo, las cuatro poseen el 29% del mercado global de semillas. Mary Hendrickson, doctora en Sociología Rural de la Universidad de Missouri y una de las autoras del informe The Global Food System, afirma que “la consolidación del mercado es una tendencia documentada. Y en un sistema así, es más difícil que la información de quién y cómo se producen los alimentos sea transparente”.  Esta experta no duda de que Cargill y el conglomerado tailandés CP Group compitan ferozmente entre sí, pero duda de que permitan la competencia a lo largo de la cadena valor que integran.


No es el único efecto: a mayor concentración, mayor riesgo de concertación –Bruselas sancionó en 2011 uncártel de detergente en polvo en el que estaban involucrados P&G, Unilever y Henkel–, de que los precios suban, de levantar barreras de entrada y de ejercer influencia sobre las autoridades de turno.

DE COMPRAS. “Las grandes compañías de alimentación son muy grandes, muy poderosas y malas para el capitalismo. Distorsionan y dominan el mercado”, sentencia Tim Lang, un prestigioso profesor del Centro de Política Alimentaria de la City University London y asesor de la OMS, entre otras facetas, que lleva una década alertando de la rápida concentración en el sector alimentario. “Gran parte se debe al proceso de compras y fusiones acaecido desde los años ochenta, que ha hecho desaparecer a muchos competidores. El resultado ha cambiado tanto la arquitectura de la cadena de suministro como la cara visible del sector”, alertó ya en 2004.

Y el tiempo le ha dado la razón. Es más, ni la recesión económica ha frenado este proceso. “En el sector de la comida envasada las operaciones corporativas no han aminorado”, corrobora Szalai, de Euromonitor International. El grupo estadounidense ConAgra se hizo el pasado noviembre con el fabricante de marcas blancas Ralcorp por 4.950 millones de dólares, creando el mayor productor de alimentos envasados del país. En febrero de 2012, Kellogg’s compró las patatasPringles a P&G por 2.700 millones de dólares. Un año antes, Unilever vendió Sanex a Colgate-Palmolive, al tiempo que le compraba su negocio de detergentes en Colombia. En 2010, la firma anglo-holandesa pagó 3.700 millones de dólares en efectivo por Alberto Culver –la firma de los champús TRESemmé, entre otras marcas–, la mayor compra de la década. Y solo la reciente integración de las siete embotelladoras de Coca-Cola en España dará lugar a la mayor industria del sector agroalimentario del país, con ¡3.000 millones de euros de facturación!


El temor de algunos parece estar justificado. “Los oligoplios son muy difíciles de romper. Hay alternativas interesantes, pero es complicado cambiar cómo funciona el sistema alimentario”, reconoce Sophia Murphy, investigadora del Institute for Agriculture and Trade Policy. Y aunque la mayoría de los consumidores sigue sin ser conscientes de este fenómeno, “algunos empiezan a actuar más como ciudadanos, basando su toma de decisiones no solo en atributos de precio y calidad”, añade optimista Mary Hendrickson. Así que la próxima vez que llene la cesta de la compra, no olvide mirar en la letra pequeña quién está detrás.



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18 feb 2014

Neuromárketing, compramos lo que quieren (vid)

¿Por que tiene tanto éxito la comida procesada? La respuesta, el neuromarketig.

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13 feb 2014

Desaparición de las abejas y ... ¡Bayer!

Desde hace varios años se ha producido una dramática pérdida de abejas en Europa y América del Norte. Hasta el 50% y el 90% de las poblaciones de abejas simplemente han desaparecido. Gran problema este porque las abejas son una especie clave ya que son vitales para la cadena alimentaria del planeta.Un estudio internacional de 115 cultivos alimentarios en más de 200 países mostró que el 75% de los cultivos son polinizadas por animales, especialmente por las abejas.

En un principio se creía que solo las abejas se vieron afectadas, pero las poblaciones de abejorros comenzó también a disminuir. La crisis fue finalmente llamada: Desorden de Colapso de Colonias o CCD. Pero parece ser que el CCD no es ninguna enfermedad.

Inicialmente había varias teorías sobre la causa del CCDE, incluidos los ácaros varroa, la radiación del teléfono celular y un virus similar al SIDA. Sin embargo, se ha demostrado que las muertes de abejas son en realidad el resultado de la intoxicación de dos pesticidas conocidos llamados clotianidina y con imidaclopridina fabricado por Bayer.


El nombre comercial de la clotianidina es Poncho y el de la imidaclopridina es Gaucho.

Uno de los cultivos más importantes es el maíz. Pero el maíz tiene un enemigo llamado Diabrotica vergifera vergifera - también conocido como el "gusano de la raíz.". Se entierra en las raíces de la planta del maíz y hace que la planta se marchite y eventualmente muera. 

El problema gusano de la raíz en realidad puede tratarse fácilmente con la práctica de rotación de cultivos. Las larvas que se alimentan de las raíces del maíz para sobrevivir no pueden viajar más de 10 a 20 pulgadas. Sin embargo, la rotación de un campo de maíz puede resultar de baja rentabilidad para la finca . Así, en 2003, Bayer Pharmaceutical presentó dos pesticidas, clasificados como neonicotinoides, para combatir los "gusanos de raíz" y las ganancias agrícolas aumentarian. Estos pesticidas son ahora dos de los principales productos agrícolas de Bayer, a pesar de que las ganancias son a costa de una especie clave.

Las semillas de maíz se recubren con pesticidas de Bayer por medio de un "adhesivo" desarrollado por otro gigante de la industria: Monsanto. A pesar de que estudios  mostraron  que estos plaguicidas son altamente tóxicos para las abejas, su uso se justificó con el argumento de que la semilla de maíz a las que se le aplicaran este procedimiento,como son enterradas, era de suponer que sería inofensivo para otras criaturas. Este fue un grave error.

El primer indicio de que el CCD fue el resultado de la intoxicación ,cuando la clotianidina fue utilizada en los cultivos de maíz en el estado alemán de Baden-Wurttemberg. En julio de 2007, la cosecha alemana estaba infestada de gusanos de la raíz. El gobierno alemán ordenó utilizar todos los métodos posibles para erradicar esta plaga, incluyendo el uso de los neonicotinoides. Poco después de que las semillas se plantaron en mayo de 2008, unos 330 millones de abejas murieron abruptamente. El fenómeno global ha continuado hasta nuestros días, lo que resulta en millones de colonias muertas ... miles de millones de abejas muertas.

Una investigación reveló que el recubrimiento de semillas no se quedó en el suelo sino que se introdujo en el aire (y el resto de la planta) por abrasión simple - el frotamiento de semillas - como se almacenan, incluso al ser plantadas. El gobierno alemán prohibió rápidamente este plaguicida, dio a indemnizar a los agricultores y emitió una fuerte advertencia contra el uso de este producto químico en la agricultura. De acuerdo con el Instituto Federal Alemán de Agricultura, "sin lugar a dudas se puede concluir que el envenenamiento de las abejas se debe al ingrediente clotianidina que contiene el pesticida para las semillas de maíz.".

Según la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (30 de mayo de 2003): ". La Clotianidina tiene el potencial de exposición tóxica crónica para las abejas, así como para otros no polinizadores, a través de la translocación de los residuos de clotianidina en el néctar y el polen".

También hay pruebas de que imidaclopridina puede producir el colapso de colonias en niveles muy inferiores a los utilizados en la agricultura. En el verano de 2010, los investigadores realizaron un estudio "in situ" en el Condado de Worcester, Massachusetts dirigido a replicar cómo la imidaclopridina puede haber causado el brote CCD. Durante un período de 23 semanas, monitorizaron las abejas en cuatro apiarios diferentes, cada apiario tenía cuatro colmenas tratadas con diferentes niveles de imidaclopridina y una colmena de control.

Después de 12 semanas de dosificación  de imidaclopridina, todas las abejas estaban vivas. Pero después de 23 semanas, 15 de los 16 de las colmenas tratadas con imidaclopridrina - 94%- había muerto. Las abejas expuestas a los más altos niveles del pesticida murió primero.

De acuerdo con el sitio web de Bayer, dice que abordó el tema en Baden-Wurttemberg mediante la celebración de "un intenso debate dentro de la industria de semillas para desarrollar medidas para el mantenimiento y el control de la calidad de los revestimientos de semillas", pretendiendo ayudar a las abejas con otros productos ¿...?

Para acabar aquí os dejo un documental de National Geographic que aborda el problema del CCD pero que, evidentemente, no habla de Bayer:


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31 ene 2014

Leche cruda: Ordeñando hasta la última gota.

Tema candente en el mundo de la nutrición alternativa: la leche cruda. Los entusiastas de la leche cruda quieren hacerte creer que sus productos lácteos son una panacea, con su alto contenido de vitaminas liposolubles, cultivos de bacterias lácticas naturales y el perfil superior de ácidos grasos. No hay dudas de que la leche cruda es una sustancia más saludable que su sobreprocesada, llena de pus y pasteurizada contrapartida, la cual adorna las estanterías de cada supermercado del mundo occidental. 


Flash de último momento: La leche cruda no necesariamente es saludable: De hecho, es probable que muy pocos de nosotros tengamos la disposición genética que haga posible que nos beneficiemos de ella, cimentado en el hecho de que la dieta del resto de las personas es probablemente absoluta basura. Pero las acciones de la FDA sólo refuerzan la voluntad de los amantes de la leche cruda. 



Parece que esta falsa proclama acerca de las virtudes de la leche cruda es suficiente para tener alguna regulación en su contra etiquetada como un ataque directo contra nuestra elección de cuidar nuestra salud. Y en efecto, la indiscutible ridícula sobreactuación contra los productores de leche cruda, incluyendo las redadas tipo SWAT llevadas a cabo por agentes armados de la FDA, arrestando granjeros a punta de pistola mientras sus mercancías son destruidas, ciertamente, ayuda a consolidar esta noción. 



Las payasadas del estado policial contra los productores de leche cruda pueden ser explicadas, sin embargo, como el simple resultado del deseo general de la élite psicopática por mantener el control, lo cual incluye el control sobre el suministro de alimentos y los ingresos que generan. Cualquier movimiento hacia una producción independiente de alimentos cuenta como un dólar que ellos no obtienen. Mientras que el desmesurado entusiasmo por devastar esos anillos de producción de leche cruda es completamente desproporcionado respecto al "crimen" cometido, podríamos aún decir que ellos sólo protegen los "intereses de su negocio". 




Quiero decir, ¿parezco humana? ¡Manténgase alejado de mi leche!


El objetivo de fondo aquí es aterrorizar de muerte a algunos granjeros para ponerlos en línea y detenerlos en su intento de ir por fuera del sistema. Es el esfuerzo por poner en su lugar a la operación de las mega granjas industriales las cuales proveen leche de baja calidad obtenida de vacas torturadas, y por no permitir a nadie deslizarse a través de las grietas del sistema y alterarlo. Además, permitir circular leche sin pasteurizar en los supermercados significaría tener que admitir que la pasteurización es un proceso innecesario, siempre y cuando las vacas sean saludables y provengan de pequeñas granjas. Nadie debe cuestionar los férreos procedimientos de seguridad alimentaria de la FDA, elaborados en complicidad con los negocios de la mega-industria agropecuaria.


Es improbable que su agenda sea "mantener a la gente lejos de un alimento verdaderamente saludable", sino más bien evitar que un solo dólar se escape de sus codiciosas garras. Ellos están bajo completo control, como los actos criminales de la FDA y Monsante/Dow Chemicals han probado continuamente. La FDA y varias oligarquías corporativas han determinado también que los ciudadanos no tiene derecho a elegir sus propios alimentos o su propia agua




Como nota interesante de esta historia, con el crecimiento en popularidad de los alimentos orgánicos y suplementos dietéticos, la corporación monolítica ha comenzado a moverse en esa dirección, apoderándose de las más pequeñas empresas que iniciaron este movimiento. Muchos en el campo, naturalmente alarmados por esta tendencia, dicen que esto es parte de una agenda de alcance planetario para controlar y subvertir esos movimientos, pervertir las regulaciones sobre productos orgánicos y erosionar los principios de salud que estos movimientos iniciaron. En efecto, esta es una perspectiva comprensible; el procesado de "alimentos saludables" en el mercado, de hecho, se parece a la misma basura de la que se alimenta el resto de la población, a la cual no le importa un comino lo que ellos ponen en su boca. Pero nuevamente esto puede ser simplemente el resultado de los intereses corporativos viendo sólo otro potencial mercado para explotar. Ellos ven que esa gente puede pagar más dinero por algo que es orgánico, así que hacen sus "cosas orgánicas". Es la misma barata basura procesada, y harán todo lo posible para ahorrar dinero, incluyendo el trabajar para aflojar las regulaciones en materia orgánicos, pero aún así lo harán en nombre del todopoderoso dólar, no por "el máximo control de la población". 
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17 dic 2013

Alimentación: Lo que debes saber de las Etiquetas.


A medida que las grandes corporaciones de la industria alimenticia han ido 'secuestrando' los medios de producción y distribución de alimentos, han empezado a desarrollar productos frankenstein, baratos de producir y altamente adictivos, que en muchos casos dejaría a nuestros amigos del paleolítico rascándose la cabeza y preguntando, ¿qué demonios es esto?.

Para tratar de proteger al consumidor, los gobiernos han aumentado la regulación, obligando a listar los ingredientes que incluye cada producto y homogeneizando las etiquetas. Sin duda esto es una buena idea, pero los grandes fabricantes han intentado (con éxito en la mayoría de los casos) usar esto a su favor, confundiendo absolutamente a la población (algo que Blogs como EstoNoEsComida denuncian constantemente, ¡a seguir así!).

En este artículo te enseño a leer las etiquetas, y a descubrir algunas de las tácticas de la industria para engañarte (realmente no se me ocurre otra palabra para lo que hacen).

¿Qué nos dicen las etiquetas?

Hay ligeras variaciones en función del país, pero en casi todos los casos las etiquetas incluyen la siguiente información: 




Tamaño de la porción: Es un dato que define el fabricante, dando una 'recomendación' de lo que debería ser una ración del producto, ya que un envase puede contener múltiples porciones. Conceptualmente tiene sentido, pero como veremos más adelante, es uno de los elementos manipulados por los fabricantes trileros para jugar con los consumidores a ¿Dónde está la bolita?.

Valor energético (calorías): Por desgracia éste suele ser el primero (y a veces el único) número que la gente mira. Sin duda las calorías importan, pero como expliqué hace poco, el impacto de esas calorías en tus hormonas importa mucho más. Mira más los nutrientes y menos las calorías.

Grasas: La etiqueta indica el aporte total de grasas, individualizando las grasas saturadas y las grasas trans. Es decir, se mete en el mismo saco (como perjudiciales) a las grasas saturadas, que tu cuerpo necesita, y a las grasas trans, un invento químico terriblemente dañino.

- Colesterol: Otro elemento injustamente satanizado por lacomunidad médica. Nuestro cuerpo produce colesterol porque lo necesita, no para auto-provocarse un ataque al corazón. Si consumes más en tu alimentación, tu cuerpo generará menos, y al revés. No hay relación entre elconsumo de huevos por ejemplo y las enfermedades coronarias (ver estudio), más bien al revés.

Carbohidratos: Este valor es más importante que las calorías y que las grasas saturadas, ya que los carbohidratos tienen el mayor impacto en la insulina y por tanto en la acumulación de grasa. Sin embargo, más importante que el valor en sí es la procedencia. Es muy diferente el carbohidrato del azúcar añadido en un producto procesado, que el carbohidrato en una zanahoria (y por eso una zanahoria no necesita una etiqueta nutricional).

- Azúcares: En realidad es parte de los carbohidratos, y es para mi el segundo elemento más importante que debes revisar (pronto descubrirás el primero).

Fibra: También incluido dentro de los carbohidratos. En principio cuanta más fibra tenga el producto menor es su índice glucémico y menor su impacto en la insulina, pero de nuevo, no es lo mismo la fibra presente en los alimentos de manera natural que la añadida artificialmente para poder promocionar el producto como 'alto en fibra'. Si ves palabras como polidextrosa, inulina o oligofructosa en los ingredientes, es fibra añadida. Cuando las etiquetas reducen todo a un número es difícil interpretar el significado.

Sodio: Si bien no debes preocuparte mucho del sodio natural de los alimentos, el uso excesivo de sal por los fabricante, haciendo así los productos más estimulantes al paladar, sí es peligroso. Te aseguro que ni los chefs más amantes de la sal utilizan tanta cantidad en sus platos como la que encuentras en los productos procesados. El problema, al igual que con el azúcar, es que a partir de la etiqueta no sabemos cuánto sodio es natural y cuánto añadido.

Ingredientes: A pesar de que suelen aparecer al final de la etiqueta, y casi nadie lo mira, ES LO MÁS IMPORTANTE. De hecho yo básicamente miro los ingredientes y la cantidad de azúcar, lo demás es mucho menos relevante. Por eso el resto del artículo se va a centrar en estos elementos.

Quiero resaltar que algunas de las recomendaciones que he mencionado (beneficios de las grasas saturadas, colesterol, fibra...) aplican en la comida real, 'diseñada' por la naturaleza. Cuando científicos de bata blanca, pagados por las grandes corporaciones para hacer productos adictivos, empiezan a inventar falsos alimentos en sus laboratorios, la cosa cambia. Por desgracia las etiquetas no nos dicen esto directamente, pero mirando la lista de ingredientes podemos averiguar si se trata de un alimento natural o un 'alimento probeta'. Para el gobierno da lo mismo que la grasa, el azúcar o las vitaminas sean parte del alimento original o sean añadidas en una fábrica; para tu cuerpo es muy diferente.

Veamos ahora cómo los fabricantes manipulan todos estos elementos a su favor.

Estrategias de la industria para engañarte


1) Cambiemos las palabras


Afortunadamente mucha gente empieza a ser consciente de que el azúcar no es simplemente una sustancia 'traviesa' que nos da caries y nos engorda. Sus efectos en la salud van mucho más lejos, y la adicción que genera es comparable a la de muchas drogas. La industria sabe que cuanta más azúcar utiliza, más aumentan las ventas, de ahí que haga todo lo posible por seguir utilizando cantidades ingentes, pero dándole múltiples nombres para hacerla menos visible ante los ojos incautos del consumidor medio: fructosa, dextrosa, glucosa, lactosa, galactosa (casi cualquier cosa terminada en -osa es azúcar), maltodextrina, melaza, jarabe de maíz, jarabe de maíz de alta fructosa, azúcar pulverizada, maíz dulce, azúcar invertida, jarabe de arce, almíbar, jugo de caña... cualquiera de estos nombres es equivalente a azúcar (o peor).


2) Separemos los ingredientes


Dado que los fabricantes deben listar los ingredientes por orden de importancia, y no está bien visto que el azúcar figure en los puestos de cabeza, una técnica muy usada es incluir distintos tipos de azúcar, de tal manera que reducen la cantidad de cada uno, logrando que estos ingredientes aparezcan más abajo en la lista. Obviamente es una sucia artimaña, la cantidad de azúcar que comes es la misma.

Por ejemplo, para evitar que el azúcar aparezca como primer ingrediente en una chocolatina, el fabricante puede dividir los 15 gramos de azúcar que aporta en 5 gr de azúcar 'normal', 5 gr de jarabe de maíz y 5 gr de glucosa. Ahí los tienes, 15 gr de azúcar pero más escondiditos.


3) Juguemos con las porciones.


Una estrategia para que comamos más alimento es hacer las porciones mayores. Ante comida natural, el ciclo hambre-saciedad funciona perfectamente. Ante productos procesados diseñados precisamente para interferir en este ciclo, perdemos el control.

El fabricante es libre de hacer el paquete del tamaño que quiera, y decidir cuál es la porción. A partir de aquí la normativa le permite declarar únicamente las calorías por porción, azúcares por porción etc. También puede incluir cantidades por 100 gramos, pero esto sólo lo suelen hacer cuando el tamaño de la porción es mayor, para que los números parezcan más pequeños.

Un ejemplo, recuerdo que cuando era pequeño las botellas de Coca-Cola eran de 200ml. Ahora es normal ver envases de 500ml, a pesar de que Coca-Cola sigue indicando que el tamaño de porción es de 200ml. ¿Cuánta gente se compra 500ml para tomarse menos de la mitad? Nadie.

En este caso, para saber la cantidad que realmente estás tomando, por ejemplo de azúcar, deberías multiplicar los números de la porción por 2.5, o por 5 en el caso de mirar la columna de 100ml. A poca gente le gusta hacer matemáticas antes de comer, y las compañías lo saben.

Otra ventaja de poder manipular libremente las porciones, es que se permite anunciar 'sin grasas trans' o 'grasas trans 0′ los alimentos que tienen menos de 0,5 gr por porción (porque se redondean a 0). Por tanto un producto que tenga 0,9 gr de grasas trans, puede indicar en la etiqueta 0 grasas trans haciendo que la porción sea la mitad del envase (0,45 gr por porción, que se redondea a 0 en la etiqueta). Hecha la ley, hecha la trampa.

Para saber realmente si un producto lleva grasas trans, mira los ingredientes (insisto, lo más importante). Si incluye aceites vegetales hidrogenados o parcialmente hidrogenados, tiene grasas trans. Las grasas vegetales son líquidas a temperatura ambiente. Si el producto es sólido y tiene grasa vegetal, seguramente es trans.


4) Sin azúcar / Bajo en azúcar / bajo en carbohidratos


En la mayoría de los casos, esto significa 'Alto en químicos'. Como mencionaba antes, añadir dulzor a los alimentos aumenta las ventas, por tanto cada gramo de azúcar que se reduce suele implicar un aumento en la cantidad de endulzantes artificiales.

Un buen ejemplo es el chocolate Valor sin azúcar (y otros muchos), donde el principal ingrediente es maltitol (un tipo de polialcohol). Es decir, estás comiendo maltitol con sabor a chocolate.


5) 'Enriquezcamos' los productos


Muchas madres están tranquilas comprando cereales de desayuno. Al fin y al cabo el paquete proclama con grandes letras que están enriquecidos con muchas vitaminas y hierro. Por supuesto intentan esconder que gran parte de lo que come tu hijo es azúcar. Y digo yo, ¿no sería mejor comer alimentos que ya tengan vitaminas y hierro desde el principio?.

Enriquecer un alimento es realmente un eufemismo para decir alterar, y como explicaba antes, la ingeniería que hacemos en los alimentos no suele funcionar muy bien.


La gran estupidez: Productos Light


Este punto merece la pena un apartado aparte.

Para ser justos, no es culpa de la industria que la comunidad médica y los gobiernos hayan atacado injustamente las grasas, a partir de una serie de equivocados estudios y políticas desarrollados en los años 50 y posteriormente.

Esto hizo que naciera el concepto 'light'; la acepción exacta depende del país, pero en general se puede etiquetar como light si contiene como mínimo un 30% menos de calorías que el equivalente no light.

Es decir, por definición un alimento light es un alimento alterado, para reducir artificialmente las calorías. Y como siempre, la forma de hacer esto suele ser quitando ingredientes naturales y sustituyéndolos por químicos. Seguimos pensando que podemos hacer un mejor trabajo que la naturaleza.

Generalmente el elemento natural que desaparece es la grasa. Al eliminar la grasa de los alimentos, estos se quedan sin sabor, sin consistencia, en fin, deja de ser la comida que nuestro cuerpo espera (y necesita). Para devolverle parte de esa consistencia y sabor al producto, se le añaden todo tipo de componentes nocivos: goma guar, carragenina, goma xantana... Es decir, sustituimos grasa natural por carbohidratos artificiales. Ni que decir tiene que esto desequilibra nuestras hormonas, nos produce más hambre y perjudica directamente nuestra salud.

Repito un ejemplo que comenté alguna vez; dos versiones de un mismo alimento, normal y light:

Yogur normal: leche entera pasteurizada y cultivos lácteos.
Yogur desnatado (Danone vitalinea 0%): leche descremada pasteurizada de vaca, jarabe (maltodextrina, almidón modificado, saborizante idéntico al natural, sucralosa y acesulfame K, sorbato de potasio, ácido láctico, ácido cítrico, simeticona, citrato de sodio), crema pasteurizada de vaca, sólidos de leche, almidón modificado y cultivos lácteos.

¿Realmente piensas que la versión light es mejor?. En ese caso golpéate la cabeza contra la pared, 5 veces.

Otro ejemplo. Si comparas en el supermercado las versiones de la mayonesa normal con la light encontrarás algo similar. Lo que hacen en este caso es utilizar más agua y añadir algún espesante barato como fécula de maíz. Es decir, diluyen la mayonesa en agua, por lo que pueden utilizar menos aceite, menos huevo y encima te cobran más. Los productos Light son si duda el sueño de la industria alimenticia.

Conservantes y otros aditivos

La comida de verdad se estropea. Se estropea porque es alimento, y el alimento atrae a las bacterias, que diferencian un producto natural mejor que nosotros. ¿Por qué crees que la comida de McDonald's se mantiene casi intacta un año después?. 




La respuesta de la industria para alargar la vida de los productos es añadir conservantes, evitando el ataque de las bacterias. Sobre el papel, esto parece una buena idea. Pero si piensas que en tu sistema digestivo hay billones y billones de bacterias, y que uno de los papeles fundamentales que tienen es ayudarnos a digerir la comida, no estoy seguro que esos conservantes sean muy bien recibidos. Si las bacterias de fuera no lo pueden digerir, seguramente las de dentro tampoco.

No estoy diciendo que no consumas nada que tenga conservantes, pero desde luego maximiza la cantidad de productos frescos en tu alimentación.

Y ni siquiera quiero hablar de los cientos de químicos para colorear la comida, la comida natural ya tiene el color adecuado. Es comida, no objetos de decoración!.

Si bien por defecto todos los aditivos son al menos sospechosos, hay algunos que parecen ser especialmente preocupantes:

Glutamato monosódico: un potenciador del sabor utilizado en muchos productos, con una lista creciente de estudios que parecen demostrar su toxicidad. Aunque el debate todavía está abierto, mejor evitarlo. Ante los reclamos de muchos consumidores, la industria ha venido aplicando la primera de las tácticas que comenté, 'cambiemos las palabras', y encontrarás variantes del glutamato monosódico con nombres como proteína hidrolizada, glutamato monopotásico, ácido glutámico... y para enredar todavía más, se le puede ver también con números como E620, E621, E622...

E133, colorante azul prohibido en varios países y ligado a daños en el ADN.

E124, colorante rojo, también prohibido en muchos países y ligado a varios tipos de cáncer.

E102 (tartrazina), colorante amarillo, permitido en muchos países pero también muy dañino (ligado a depresión, migrañas, tumores de la tiroides...).

Nitrito de sodio/Nitrato de sodio: Muy utilizados para la conservación de embutidos, y si bien su justificación es que previenen la formación de la peligrosa toxina botulínica, su consumo prolongado resulta tóxico. No hay que obsesionarse, pero si sueles comer muchos embutidos empaquetados, vigila esto.

Bromato de potasio: Ha sido muy usado en repostería para dar esponjosidad al pan y otros productos. Aunque está prohibido en muchos países por su alta toxicidad, todavía sigue en uso.

Espero que nunca más compres un producto envasado sin leer la etiqueta. Y recuerda que si hay ingredientes que no reconoces, lo más probable es que tu cuerpo tampoco.

Fuente: Fitness Revolucionario
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26 nov 2013

Campos experimentales con transgénicos en España.


 Amigos de la TierraAccess Info Europe, COAG, Plataforma Rural y Red de Semillas  han publicado hoy el mapa con la ubicación exacta de los campos experimentales con transgénicos (también se puede consultar el mapa). El Gobierno ha proporcionado la información a las organizaciones fuera de plazo, cuando la mayor parte de los experimentos han finalizado. Los experimentos al aire libre con cultivos transgénicos presentan elevados riesgos ambientales y sanitarios. Ante los numerosos casos de contaminación en todo el mundo las organizaciones solicitan al gobierno mayor transparencia y rigor en torno a los transgénicos.

Esta información se ha obtenido a través de una solicitud de acceso a la informaicón y forma parte de una campaña en tuderechoasaber para mejorar la transparencia de campos de transgénicos en España, hay más solicitudes sin respuesta que puedes apoyar (localización de campos y localización de parcelas donde se liberan organismos modificados genéticamente). España se ha convertido en el campo de experimentación de las multinacionales del sector debido a que el Gobierno ha ocultado su localización exacta. Así España acoge el 67% de todos los experimentos realizados en Europa. También ha sido el lugar elegido por la empresa británica Oxitec para la primera liberación de moscas transgénicas en todo el mundo, experimento aún pendiente de autorización.

Mientras el resto de países europeos publican esta información en páginas web oficiales, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha ocultado durante muchos años esta información. “La transparencia es imprescindible para que se produzca un debate serio sobre el uso de los transgénicos. Al proporcionar la información tarde el Gobierno ha incumplido con el Convenio de Aarhus y con la ley de acceso a la información ambiental”, afirmó Victoria Anderica de Access-Info Europe.

El 80% de las solicitudes de experimentación en España son realizadas por empresas multinacionales, con Bayer a la cabeza con dieciséis solicitudes, seguida por Monsanto y KWS con seis experimentos cada una. “Tanto Bayer como Monsanto tienen un conocido historial de escándalos de contaminación: en 2006 fue el arroz de Bayer el que invadió la cadena alimentaria, este año ha sido el turno de Monsanto, responsable del caso de la contaminación con trigo que puso patas arriba el mercado mundial de trigo el pasado verano”, añadió Blanca Ruibal responsable de Agricultura y Alimentación de Amigos de la Tierra.

La mayor parte de los experimentos solicitados en 2012 y 2013 por las empresas biotecnológicas han tenido lugar en ubicaciones desconocidas de Castilla y León, muchos de ellos con remolacha transgénica. “El cultivo de la remolacha es muy importante en la región. Los agricultores no queremos experimentos con remolacha transgénica, si se contaminan nuestros cultivos tendríamos serios problemas para comercializar nuestra producción”, afirmó Prisciliano Losada, Secretario Técnico de COAG Castilla y León.

El riesgo de contaminación es muy alto en el caso de la remolacha, debido a que es una planta cuyo polen alcanza grandes distancias. Aunque no es autóctona, existen poblaciones asilvestradas de remolacha en muchas zonas.

“Los transgénicos no benefician al campo. Un medio rural vivo solo es posible con una agricultura respetuosa con el medio ambiente, diversa y de pequeña escala. Los transgénicos representan el modelo opuesto, solo benefician a las grandes multinacionales mientras los campesinos y campesinas tienen que abandonar el campo” añadió Jerónimo Aguado de Plataforma Rural.


Las organizaciones  denuncian también la ausencia de información por parte las Consejerías de Agricultura de las Comunidades Autónomas que tiene la competencia de aprobar la realización de campos experimentales en sus territorios. Su gestión se caracteriza al igual que el gobierno central por la opacidad. Las organizaciones demandan que en cumplimiento de la ley esta información se publique directamente por la administración.
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2 oct 2013

Alrededor del 40% de todos los alimentos en EEUU se tira a la basura


Esto suena como un número absolutamente loco, pero en realidad es bastante exacto de acuerdo con un estudio realizado por el Consejo de Defensa de Recursos Naturales. Lo que el NRDC ha descubierto es que aproximadamente el 40 por ciento del suministro total de alimentos acaban en contenedores de basura por los supermercados, lo que desechan restaurantes, lo que nunca se cosecha en granjas, o se tira a la basura por los consumidores en sus hogares. A pesar de que 47 millones de estadounidenses están con cupones de alimentos y millones de niños van a la cama con hambre en este país, todas las noches, siguen perdiendo  263 millones  de libras de comida (casi 120 millones de kilos) cada día del año. Un día la gente mirará hacia atrás y los consideran como probablemente la más despilfarradora en la historia del planeta.
Y, ¿a donde va toda esta comida?
Bueno, de acuerdo con un reciente artículo de The Seattle Times , "los residuos de alimentos" van a parar directamente a la basura.
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