Hay un nuevo desarrollo en la historia humana que se está produciendo y que no se está contando.Aquí, intentamos explicarlo.

2 abr 2014

Sobre Mariano Rajoy: Ya en un artículo de 1983 apuntaba a maneras...


En este artículo, Rajoy comenta un libro que ha caído en sus manos, La desigualdad humana, de Luis Moure Mariño, en el que se refuta la afirmación de que todos los hombres son iguales. Rajoy considera la igualdad humana como un tópico aceptado porque se vincula al modelo socialista, de moda en esos años: en tanto que todos somos iguales, todo se somete a la igualdad. Añade que la estirpe determina al hombre, tanto en lo físico como en lo psíquico, y que eso se intuye como cierto desde al menos el siglo VI antes de Cristo. Que los hijos de la buena estirpe superan a los demás, y que esa desigualdad se transmite geneticamente, como una especie de predestinación basada en los genes, con lo cual la desigualdad se atribuye a causas internas que no pueden ni deben corregirse. La igualdad genética no se puede decretar, afirma, aunque sí se decreta la igualdad económica, de una manera contraria a la esencia del hombre.

A estas alturas del siglo XXI, pero también en 1983, achacar al modelo socialdemócrata veleidades comunistas es una exageración, es propaganda pura. Ningún gobierno del PSOE ha tenido tendencias comunistas, de hecho ha costado verle llevar a cabo tímidas políticas socialdemócratas. Nadie, excepto algunos fanáticos del aristocratismo, interpreta que la igualdad a que se refieren los intelectuales progresistas acudiendo a conceptos ilustrados signifique igualar a todas las personas, sino igualar las oportunidades sociales e igualar el tratamiento que los ciudadanos reciben ante la ley; el concepto mismo de ciudadanía implica eso mismo, que todos los ciudadanos son iguales en derechos básicos a pesar de las desigualdades heredadas (algunas genéticas, otras económicas). Nadie dice que todos tenemos el mismo derecho a ser multimillonarios, pero sí a tener garantizados unos mínimos para evitar que la mala fortuna de haber nacido en un barrio marginado, en una familia sin recursos, con una minusvalía, no sea obstáculo para que podamos llegar a ser ciudadanos con todos los derechos, entre ellos a una educación que permita subir al ascensor y transformar nuestro destino, aparentemente determinado por nuestro origen familiar.

Los desvaríos genetistas de Rajoy son agua pasada, posiblemente hoy no habría escrito estas mismas palabras, y dudo que sea capaz de sostener estas ideas ni siquiera en privado, y espero que ni siquiera se las crea delante del espejo al despertar del sueño del poder. En realidad, el modelo neoliberal se refiere a que la buena estirpe, la plutocracia, no se transmite geneticamente sino por pura herencia económica: propiedades y bienes que aseguran mayores oportunidades a los que nacen con ese soporte familiar. Negar la posibilidad de corregir las desigualdades reclamando para el Estado unos impuestos sobre la riqueza para que sea repartida entre los que necesitan una ayuda equivale a negar la posibilidad de que otros, que han recibido una herencia familiar minúscula o nula, puedan prosperar y superar ese supuesto destino que los otros, bien nacidos, les atribuyen "predeterminadamente". Se trata simplemente de asegurar una sanidad y una educación públicas de calidad, amén de otras coberturas sociales, pero sobre todo esto primero, sanidad y educación de calidad; que la calidad esté en lo público, que por la vía privada ya está asegurada. En cambio, me llega el rumor de que en la Comunidad de Madrid desgrava llevar a los hijos al colegio privado, en lugar de los gastos en medicinas; o que las rentas del trabajo gravan más que las del capital, en el sistema fiscal español. Esta sería la política neoliberal, que Rajoy se abstendrá de manifestar: no vale la pena invertir en equilibrar la desigualdad económica, porque esos ya están condenados (¿por la genética?).

Esta doctrina neoliberal también tiene sus añitos. En otros ámbitos, y con formulaciones más crudas, se le llamó darwinismo social, y fue campo de batalla de los intelectuales marxistas de finales del siglo XIX. Lo cierto es que el neoliberalismo se ha alimentado de estas ideas (de hecho, se ha dado un hartazgo), y ahora fluyen en estos momentos de crisis en que, se hace patente, hay una auténtica lucha por la supervivencia. Es curioso: a los bancos hoy no les importa que el Estado, o sea, nosotros, los ciudadanos que pagamos impuestos, nos dejemos rascar la cartera para que ellos no se vayan al garete. Ahora si que estamos todos en el mismo barco, ¿eh? Pero las buenas estirpes de la sociedad siguen reclamando que los inferiores vayan en una chalupa, a remolque, que no les dejen subir en el barco, con mayor acomodo; en realidad, si nos apretamos un poco, cabremos todos, aunque los que antes iban más anchos ahora tendrían que igualarse un poco a los demás.

Artículo de Mariano Rajoy sobre la igualdad humana, publicado en 1983 (Faro de Vigo), cuando era parlamentario autonómico por Alianza Popular :


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23-F y El Jefe de Estado Español

Aunque este articulo apareció publicado hace dos años en Der Spiegel, es bueno recordarlo. El artículo comenzaba con el titular:


“Conversación reveladora con diplomático alemán: ¿rey español simpatizaba con el intento de golpe de estado?”

Un documento recientemente desclasificado del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán  contiene información que revela algo nuevo sobre el fallido golpe de 1981 en España. Según el informe, el rey español Juan Carlos al parecer mostró simpatía por los conspiradores en una conversación privada con el embajador alemán.

En un año normal, 23 de febrero es un buen día para el rey Juan Carlos, en ese día, los españoles conmemoran el intento de golpe de estado de 1981 y celebran a su monarca como el salvador de la entonces joven democracia. A la vez, el dictador general Francisco Franco, que había gobernado el país desde 1939, sólo había estado muerto durante cinco años y tres meses. Sus seguidores más ardientes entre los altos mandos militares se propusieron en volver a imponer el régimen militar en el país. Pero Juan Carlos se puso en su camino.

Pero 2012 no es un año normal. Por el momento, el yerno del rey Iñaki Urdangarín está siendo juzgado ante un tribunal de Palma de Mallorca. El marido de la hija menor del rey, Cristina, que está acusado de haber malversado varios millones de euros, junto con otros, como jefe de una fundación. Es más, un estudio realizado por un instituto de investigación social, en octubre pasado indicó que, por primera vez, se ha producido una disminución considerable en la fe de la gente en la monarquía. En cualquier caso, muestra que 47 millones de españoles han apoyado sobre todo el propio Juan Carlos en lugar de la monarquía como institución.
Y ahora, en el peor momento posible, sale a la luz un documento que se ha convertido en una sombra en la imagen brillante de esta supuesta impecable demócrata familia real española.

No hay indicio de antipatía o indignación”

El hombre que escribió el documento era Lothar Lahn, quien era embajador de Alemania en España entre 1977 y 1982 y fue muy conocido por Juan Carlos. En la noche del 26 de marzo de 1981, el rey entonces de 43 años de edad, invitó al diplomático, 16 años mayor que él, en su residencia, el Palacio de la Zarzuela de Madrid, para una conversación privada. La reunión había sido convocada para discutir la próxima visita del presidente de Alemania a España. Pero Juan Carlos rápidamente llevó la conversación en torno al fallido golpe de Estado de 23 de febrero, que revela la forma en que realmente sentía por él: simpatía.

Lahn luego informó a Bonn, la capital de Alemania Occidental, que el rey "no mostró ningún indicio de antipatía o indignación (por los golpistas), sino más bien mostró, incluso simpatía". Él escribió que Juan Carlos había declarado, "casi en tono de disculpa," que los sublevados "sólo querían lo que todos queríamos, a saber, el restablecimiento de la disciplina, el orden, la seguridad y la tranquilidad."

El rey le dijo a Lahn, que la causa fue del democráticamente elegido Adolfo Suarez en lugar de los golpistas, que tenían una responsabilidad especial, porque no había podido establecer "una relación con los militares" y se negó a tomar sus "deseos justificados" en serio.

Suárez, dijo el rey, había "despreciado" a los militares. Él, Juan Carlos, había aconsejado a menudo a Suárez "para responder a las ideas de los militares", pero sin éxito. Finalmente, el rey dijo, los militares habían decidido "actuar por iniciativa propia."

El rey entonces supuestamente agregó que ahora pretendia influir en el gobierno y los tribunales militares, por lo que "no le pasaría demasiado a los golpistas ", que, obviamente, “sólo quería lo mejor” para el país.

Única prueba escrita

Julián Casanova, catedrático de la Universidad de Zaragoza, que es una de las principales autoridades en la historia contemporánea española, cree que el teletipo de Lahn, que lleva el número de mensaje 524, es "extraordinariamente importante". Esto se debe a que es la única prueba escrita hasta la fecha de que Juan Carlos podría haber tenido secretamente nostalgia por el tipo de régimen militar que Franco le había enseñado a apreciar. El dictador había traído a Juan Carlos, que tenía 10 años en ese tiempo, de vuelta a España y más tarde lo nombró como su sucesor.

Durante años, Casanova ha hecho vanos intentos de tener acceso a documentos como las transcripciones de los juicios a los fallidos golpistas. Todos los documentos españoles relacionados con ese día fatídico en la historia de la democracia del país seguirán siendo confidencial hasta 2031. Del mismo modo, los archivos relevantes de la embajada de EE.UU. en Madrid no se darán a conocer hasta ese año como muy pronto.

Probablemente no hay duda acerca de la autenticidad de las declaraciones que Lahn atribuye al rey y que  transmitió a Bonn. Lahn ya no puede responder porque murió en 1994. Del mismo modo, la casa real española no hará comentarios sobre el contenido de la discusión de Lahn con Juan Carlos, porque, como dice un portavoz, no hay constancia de esta "conversación privada" en los archivos oficiales del Palacio de la Zarzuela. Sin embargo, Lahn es considerado como creible por sus colegas. Su teletipo, que se encuentra en el archivo de política del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán en Berlín, ha sido desclasificado por el gobierno y publicado como parte de una antología de documentos relacionados con las actividades diplomáticas alemanas en 1981.


Fuente: Der Spiegel-Klaus Wiegrefe and Helene Zuber
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1 abr 2014

Las personas tienden a defender el sistema, aunque sea injusto o corrupto.

Esta propensión se da sobre todo bajo cuatro condiciones: la amenaza, la dependencia, la imposibilidad de escape o el escaso control personal.

Según una teoría de la psicología cognitiva conocida como "justificación del sistema", los seres humanos tienden a defender los sistemas en los que están inmersos, aunque éstos sean corruptos o injustos. Una investigación realizada por psicólogos estadounidenses ha revelado que esta actitud se da principalmente bajo cuatro condiciones: cuando el sistema está amenazado, cuando se depende del sistema, cuando resulta imposible escapar al sistema o cuando los individuos pueden ejercer un escaso control personal. Los resultados de este estudio explicarían porqué las poblaciones, a menudo, no se alzan contra situaciones que dañan sus propios intereses.

¿Por qué los seres humanos tienden a mantenerse fieles a los sistemas o instituciones en los que están inmersos -ya sean éstos un gobierno, una empresa o un matrimonio- aunque no se sientan satisfechos con ellos? ¿Por qué las personas se resisten a cambiar los sistemas, aunque éstos sean corruptos e injustos?

Un artículo, aparecido en la publicación Current Directions in PsychologicalScience, editada por la Association for Psychological Science (aps) de Estados Unidos, arroja luz sobre las condiciones que determinan la tendencia de los individuos a defender su status quo, aunque éste no les merezca la pena. 


Esta tendencia humana a proteger los sistemas ha sido descrita en el marco de la llamada "Teoría de justificación del sistema" (SJT) de la psicología social. La SJT propone que la gente tiende a afanarse por defender y sostener su situación, esto es, por verla como buena, legítima y deseable, aunque no lo sea. 

De esta forma, los seres humanos no sólo mantienen actitudes favorables hacia sí mismos (justificación del ego) y hacia su propio grupo social (justificación del grupo), sino que también lo hacen hacia órdenes sociales mayores (justificación del sistema). 

La necesidad de creer 


Uno de los autores del artículo, el psicólogo de la Fuqua School of Business de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, AaronC. Kay, añade en un comunicado de la aps que la justificación del sistema es un "proceso pro-activo: cuando alguien justifica su status quo, llega a verlo como éste debiera ser".  Kay y su colaborador, el estudiante de graduado de la Universidad de Waterloo, en Canadá, Justin Friesen, revisaron estudios nacionales y de laboratorio para tratar de comprender las situaciones que fomentan la justificación del sistema. 


Aunque la gente "no justifica sus sistemas sociales siempre, sí que hay una mayor propensión a hacerlo en ciertas circunstancias", escriben los investigadores. Estas circunstancias son: la amenaza del sistema, la dependencia del sistema, la imposibilidad de escapar al sistema, y un escaso control personal. En primer lugar, los científicos constataron que, efectivamente, cuando los seres humanos se sienten amenazados, se defienden a sí mismos, y también a sus sistemas. 


En este sentido, Kay y Friesen ponen un ejemplo muy claro: antes de los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, las valoraciones de las encuestas populares sobre el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, estaban por los suelos. Pero cuando los aviones se estrellaron contra el World Trade Center, enseguida aumentaron las valoraciones sobre el presidente. Según los investigadores, esto se debe a que, en tiempos de crisis, la gente quiere creer que el sistema funciona. 



Dependencia e imposibilidad de escapar 


En segundo lugar, las personas también tienden a defender los sistemas si dependen de ellos. Esto quedó demostrado en uno de los experimentos revisados por Kay y Friesen, en el que se hizo que una serie de estudiantes se sintieran dependientes de su universidad. Una vez alcanzada esta situación, los estudiantes defendieron las políticas de financiación de sus universidades, a pesar de que desaprobaron las mismas políticas cuando éstas provenían del gobierno, situación que no les afectaba directamente. 

En tercer lugar, si sentimos que no podemos escapar de un sistema, nos adaptamos, aseguran los investigadores. Para hacerlo, desarrollamos sentimientos de aprobación hacia situaciones que, de otra manera, consideraríamos indeseables. Para ilustrar este punto, los autores hacen referencia a un estudio en el que se dijo a una serie de participantes que los salarios de los hombres en su país eran un 20% superiores a los de las mujeres.En lugar de reconocer esta situación como injusta, aquellos participantes que sentían que no podían emigrar del país o cambiar de situación señalaron que la diferencia salarial tenía su origen en diferencias innatas entre los sexos, no en una deficiencia del sistema. 

Control personal y sumisión 

Por último, en cuanto al control personal, los investigadores afirman que cuanto menos control tenga un individuo sobre su propia vida, más apoyará a su sistema y a sus líderes, porque éstos le aportarán un sentido de orden. La investigación sobre la justificación del sistema podría explicar porqué las poblaciones a menudo no se alzan contra situaciones que dañan sus propios intereses. 

En este sentido, Kay señala que "si se pretende comprender cómo conseguir que se produzcan cambios sociales, se deben entender las condiciones que hacen que la gente se resista a esos cambios, y los factores que podrían hacer que la gente admitiese que dichos cambios son necesarios". Sin dejar de tener en cuenta que, cuando la gente tiene que soportar un sistema y cuanto peor se encuentra dentro de éste, más propensa es a justificar hábilmente sus deficiencias, en lugar de rebelarse.

Yaiza Martínez.Tendencias 21
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¿Cómo empezó este engaño?

Supongamos que está usted en una cafetería abarrotada, y pide una taza de té. Cuando se está a punto de sentarse ve a su amigo al otro lado del local. Así que deja la taza en la barra, atraviesa el lugar, y habla con su amigo durante algunos minutos. Ahora bien, al volver a su té, ¿lo va a beber? Recuerde, este es un lugar repleto de gente, y usted acaba de dejar su té descuidado por varios minutos. Le ha dado acceso a su té a cualquiera en el lugar.

¿Por qué tratar a nuestra mente con menos cuidado? Encender la televisión, o absorber acríticamente las publicaciones masivas todos los días, son actividades que dan acceso a su mente a "cualquiera". Cualquiera que tenga un propósito, cualquiera con los recursos para crear una imagen pública a través de los medios. Como vamos a ver, tan solo porque usted lea algo o vea algo en la televisión no significa que ese algo sea verdad, o que valga la pena saberlo. Entonces, la idea es, como en el caso del té, que tal vez valga la pena cuidar la mente, limitar el acceso a ella.El conocimiento real implica un poco de esfuerzo, un poco de excavación, al menos un nivel por debajo de lo que "todo el mundo sabe".

Alguna vez te preguntastes... ¿por qué la mayoría de la gente de este país piensa generalmente lo mismo sobre la mayoría de los temas ? ¿O por qué nunca se ve al Presidente hablando en público, a menos que esté leyendo?

En "Confíe en nosotros, somos expertos" (2001), los autores Stauber yRampton organizaron y ordenaron evidencia convincente describiendo la ciencia de la creación de la opinión pública en los Estados Unidos. Hallaron el origen de la influencia pública moderna a principios del siglo pasado, destacando el trabajo de personas como Edward L. Bernays, el padre de la manipulación mediática.
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31 mar 2014

Agua mineral ¿Veneno embotellado? (vid)



PET (Polietileno Tereftalato): EVITAR Comunmente Encontrados en: botellas de refrescos, botellas de agua, botellas de aceite de cocina Riesgos: Puede desprender antimonio y los ftalatos.

HDPE (Polietileno de Alta Densidad): LOS MÁS SEGUROS Comunmente Encontrados en: Botellas de leche, bolsas de plástico, envases de yogurt.

PVC (Policloruro de Vinilo, Vinilo): EVITAR Comunmente Encontrados en: Botellas de condimentos, film transparente, anillos de dentición, juguetes, cortinas de baño RIESGOS: Desprenden plomo y ftalatos, entre otras cosas. También pueden emitir gases de productos químicos tóxicos.

LDPE (Polietileno de Baja Densidad): LOS MÁS SEGUROS Comunmente Encontrados en: Las bolsas que ofrecen los supermercados para cojer frutas y vegetales y contenedores de alimentos

PP (Polipropileno): LOS MÁS SEGUROS Comunmente Encontrados en: tapas de botellas,plásticos para almacenar alimentos, vajillas plasticas

PS (Poliestireno, también conocido como espuma de poliestireno): EVITAR Comunmente Encontrados en: bandejas de carne,vasos y platos desechables RIESGOS: Pueden desprender cancerígenos y alquilfenoles estrogénicos.


Otros: Estos plásticos pueden ser una opción más segura, ya que pueden ser muy duraderos y resistentes a altas temperaturas ocasionando una menor lixiviación. Plásticos nuevos biodegradables a base de plantas, como PLA (ácido poliláctico) también entran en la categoría Nº 7.

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¿Quién está detrás de los productos de la cesta de la compra?


¿Sabes quién está detrás de los productos que llenan su cesta de la compra? El universo de marcas que puebla el lineal del supermercado puede ser una ilusión. Detrás, pocas y muy grandes empresas controlan el mercado. La distribución, el comercio de cereales o la producción de semillas son también negocios en pocas manos.



Se ha planteado alguna vez qué tienen en común el detergente Ariel, las pilas Duracell, las cuchillas de afeitarGillette, el champú Pantene y el maquillaje de Max Factor? Pues que todas pertenecen a la misma compañía: la estadounidense Procter & Gamble (P&G), el líder incontestable en la industria de consumo. ¿Y sabría decir quién está detrás de elementos tan cotidianos como las sopas Knörr, el desodorante Axe, los helados Frigo o la crema Pond’s? ¿No? Sencillo, el fabricante es otro gigante del sector: la anglo-holandesa Unilever, que suma un portafolio de más de 400 marcas y 2.000 millones de clientes en todo el planeta.
Muchas veces, cuando llenamos el carro de la compra y elegimos un producto en lugar de otro, no somos conscientes de que, compremos el que compremos, estamos alimentando la facturación de la misma empresa. ¿No se lo cree? Pues sepa que la batalla comercial entre las compresas de Evax y las de Ausonia no es real. Ni tan siquiera si entran en liza los tampones de Tampax. Los tres productos de higiene femenina pertenecen al gigante norteamericano.


Sin duda, el universo de marcas que nos rodea es abrumador. Miles de productos entre los que escoger con diferentes sabores, texturas, colores y promesas para nuestro paladar y nuestro bien estar. Pero, ¿qué esconde este entramado de enseñas? “Los supermercados modernos ofrecen una poderosa ilusión de elección: infinitas marcas controladas por muy pocas y grandes empresas”, sentencia rotundo Patrick Woodall, director de Investigación de Food & Water Watch, una organización sin ánimo de lucro con sede en Washington que vela por que los alimentos y el agua que se consumen sean seguros, accesibles y producidos de manera sostenible.


Solo diez empresas, P&G, Unilever, Nestlé, Kraft, Johnson &Johnson, General Mills, Coca-Cola, Kellogg’s, Mars y PepsiCo,  están detrás de más de mil enseñas habituales en cualquier casa. The Coca-Cola Company, por ejemplo, no solo da nombre a la bebida refrescante de la chispa de la vida, sino que, además, atesora más de quinientas marcas, entre ellas los refrescos Sprite y Fanta o la bebida isotónica Powerade. Y su gran rival PepsiCo es dueña de los Doritos, las patatas fritas Lay’s y los zumos Tropicana. Resulta obvio que los cereales Special K o los Corn Flakes que se comen para desayunar en miles de hogares llevan el sello de Kellogg’s, la compañía con sede en Battle Creek (Michigan). Y que Nescafé y los helados Nestlé pertenecen a la misma casa. Pero no lo es tanto que los platos preparados de Maggi, los helados de Häagen-Dazs, la pasta deBuitoni, la fabada Litoral y la comida para animales Purina también pertenezcan a Nestlé. Como tampoco es evidente a los ojos del consumidor que la multinacional suiza sea, a su vez, uno de los accionistas de referencia de la firma de cosmética L’Oréal.

Falta transparencia? “Todo es más sencillo. Las empresas utilizan otras marcas diferentes a la líder cuando el producto rompe con la imagen atribuida a la enseña de referencia o cuando quieren ocupar otros segmentos de mercado”, señala el profesor del IESE, Jaume Llopis.


Desde Promarca, la asociación que engloba a los fabricantes de productos de gran consumo de España, su presidente Ignacio Larracoechea, defiende que “éste es uno de los mercados más fragmentados que existen”. Y es que estos titanes industriales están abocados a convivir en cada país tanto con marcas de corte local que han sabido ganarse su hueco como con las enseñas propias del distribuidor (la mal llamada marca blanca).


En España, por ejemplo, Nesquik de Nestlé no ha podido imponerse al referente de su categoría: Cola Cao, de la catalana Nutrexpa. Como también son líderes las galletas Cuétara (Nutrexpa), las sopas de Gallina Blanca(Agrolimen) y el vino Don Simón (G. Carrión). “Si una empresa tiene un excelente producto, no tiene ningún problema en tener su hueco”, afirma Llopis, un gran conocedor del sector por su trayectoria profesional –ha sido, entre otros cargos, consejero delegado del Grupo Borges y director de Nestlé España–. Por su parte,Mercadona, el líder de la distribución nacional, sacó de sus tiendas más de 500 marcas de fabricantes para colocar en el lineal su Hacendado, su Deliplus, su Bosque Verde… “Y aquí no siempre  hay transparencia”, advierte este profesor.

GOLIAT Y DAVID. Con todo lo grande que es P&G [factura casi 84.000 millones de dólares], Larracoechea asegura que en España representa solo el 3,2% de las ventas de envasados de Carrefour. Para los fabricantes, la verdadera limitación a la capacidad de elegir del consumidor es otra. “La distribución tienen un grado de concentración seis veces más grande que la de los fabricantes. ¿Quién tiene la fuerza entonces?”, cuestiona el presidente de Promarca. Hasta la Comisión Nacional de la Competencia constató en 2011 que el número de fabricantes dependientes de los distribuidores –cuando éstos suponen un 10% o más de sus ventas en alguna categoría– ha pasado del 65% en 2003 al 83% siete años después. 

Esta desigualdad no impide, sin embargo, que un coloso como Unilever [con unas ventas de 51.300 millones de euros] fuera nombrado en 2010 “el mejor proveedor del mundo” por Walmart, el líder mundial de la distribución, y que un año después, Tesco, el tercer mayor distribuidor del mundo, le eligiese “el proveedor internacional del año”. La compañía anglo-holandesa, además, vende sus productos en ¡diez millones de pequeñas tiendas en más de 170 países!

Si bien los datos de Euromonitor International confirman la fragmentación de la que habla Larracoechea –Nestlé, el incontestable líder global, solo controla el 3,4% de la cuota mundial–, la concentración en algunos  segmentos “es, ciertamente, elevada”, matiza Ildiko Szalai, analista senior de la firma de análisis de mercado. Y para muestra un botón. Solo cinco empresas, Kellogg’s, General Mills, Cereal Partners Worldwide –una joint venture entre Nestlé y General Mills–, Quaker (PepsiCo) y Ralcorp, controlan el 65% del segmento de cereales. La todopoderosa Coca-Cola tiene ella sola un 26% de cuota global. Y entre P&G, L’Oréal (participada por Nestlé), Unilever, Colgate-Palmolive y Avon suman el 36% del negocio mundial de belleza y cuidado personal.


“Los monopolios ya no son un problema. Ahora la necesidad de acaparar el mercado toma una nueva forma: el oligopolio, que se está convirtiendo en la regla en un creciente número de industrias”, señala el periodista Steve Hannaford, autor del l libro Market domination.


Ciertamente, no es un fenómeno aislado. Philip H. Howard, profesor de Recursos Naturales de la Universidad de Michigan, ha liderado un estudio sobre la concentración en la industria del vino en Estados Unidos y los resultados son reveladores: más del 50% de los caldos que se venden en el país los producen, licencian o importan solo tres compañías: E&J Gallo, The Wine Group y Constellation Brands. Da que pensar, ¿verdad? “Quizá es más evidente que el sector de los refrescos está controlado por Coca-Cola y Pepsi y el de la cerveza, por [la belga] ABInBev y [la británica] SABMiller, pero hasta yo me sorprendí por el grado de concentración en la industria del vino”, afirma.


¿Ha oído alguna vez hablar de Cargill, ADM, Bunge o Louis Dreyfous? Seguro que no. Estas empresas no hacen anuncios en televisión ni promociones en el supermercado, pero por sus manos pasan el 90% de los cereales, el café, el cacao y la soja del mundo. Son commodities traders. Solo las dimensiones de Cargill, la mayor compañía agrícola de Estados Unidos, impresionan: factura 133.900 millones de dólares, es el segundo productor de vacuno del país, una de las mayores compañías de cacao del mundo, vende fertilizantes y posee empresas dedicadas a convertir el maíz en biocarburantes, en alimentos para personas y en piensos. “En Estados Unidos hay 900.000 ganaderos, pero sólo cuatro compañías compran el 80% del ganado para matarlo y envasarlo, lo que significa que hay pocos competidores pujando. Y ese poder económico desciende por la cadena de valor hasta nuestras cocinas”, señala Woodall.


¿Y qué me dicen Monsanto, DuPont, Syngenta y Limagrain? Seguro que tampoco le suenan. Sin embargo, las cuatro poseen el 29% del mercado global de semillas. Mary Hendrickson, doctora en Sociología Rural de la Universidad de Missouri y una de las autoras del informe The Global Food System, afirma que “la consolidación del mercado es una tendencia documentada. Y en un sistema así, es más difícil que la información de quién y cómo se producen los alimentos sea transparente”.  Esta experta no duda de que Cargill y el conglomerado tailandés CP Group compitan ferozmente entre sí, pero duda de que permitan la competencia a lo largo de la cadena valor que integran.


No es el único efecto: a mayor concentración, mayor riesgo de concertación –Bruselas sancionó en 2011 uncártel de detergente en polvo en el que estaban involucrados P&G, Unilever y Henkel–, de que los precios suban, de levantar barreras de entrada y de ejercer influencia sobre las autoridades de turno.

DE COMPRAS. “Las grandes compañías de alimentación son muy grandes, muy poderosas y malas para el capitalismo. Distorsionan y dominan el mercado”, sentencia Tim Lang, un prestigioso profesor del Centro de Política Alimentaria de la City University London y asesor de la OMS, entre otras facetas, que lleva una década alertando de la rápida concentración en el sector alimentario. “Gran parte se debe al proceso de compras y fusiones acaecido desde los años ochenta, que ha hecho desaparecer a muchos competidores. El resultado ha cambiado tanto la arquitectura de la cadena de suministro como la cara visible del sector”, alertó ya en 2004.

Y el tiempo le ha dado la razón. Es más, ni la recesión económica ha frenado este proceso. “En el sector de la comida envasada las operaciones corporativas no han aminorado”, corrobora Szalai, de Euromonitor International. El grupo estadounidense ConAgra se hizo el pasado noviembre con el fabricante de marcas blancas Ralcorp por 4.950 millones de dólares, creando el mayor productor de alimentos envasados del país. En febrero de 2012, Kellogg’s compró las patatasPringles a P&G por 2.700 millones de dólares. Un año antes, Unilever vendió Sanex a Colgate-Palmolive, al tiempo que le compraba su negocio de detergentes en Colombia. En 2010, la firma anglo-holandesa pagó 3.700 millones de dólares en efectivo por Alberto Culver –la firma de los champús TRESemmé, entre otras marcas–, la mayor compra de la década. Y solo la reciente integración de las siete embotelladoras de Coca-Cola en España dará lugar a la mayor industria del sector agroalimentario del país, con ¡3.000 millones de euros de facturación!


El temor de algunos parece estar justificado. “Los oligoplios son muy difíciles de romper. Hay alternativas interesantes, pero es complicado cambiar cómo funciona el sistema alimentario”, reconoce Sophia Murphy, investigadora del Institute for Agriculture and Trade Policy. Y aunque la mayoría de los consumidores sigue sin ser conscientes de este fenómeno, “algunos empiezan a actuar más como ciudadanos, basando su toma de decisiones no solo en atributos de precio y calidad”, añade optimista Mary Hendrickson. Así que la próxima vez que llene la cesta de la compra, no olvide mirar en la letra pequeña quién está detrás.



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28 mar 2014

¿Posible guerra entre Turquía y Siria?

El acceso a YouTube ha sido cortado en Turquía después de que una explosiva grabación filtrada apareciera publicada en la red. En dicha grabación varios ministros y el jefe del servicio de inteligencia turco hablan acerca de llevar a cabo un falso ataque “sirio” contra un lugar emblemático para los turcos o la propia Turquía con el fin de obtener una excusa para atacar Siria.

Otros medios sociales han sido igualmente bloqueados en Turquía poco antes de unas importantes elecciones municipales que tendrán lugar el 30 de Marzo y que podrían suponer un fuerte revés para el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) de Recep Tayyip Erdogan.

En el audio, aparecen varios altos responsables del gobierno discutiendo un potencial ataque contra la tumba de Suleiman Shah, el abuelo del fundador del Imperio Otomano.

La tumba está en territorio sirio pero está custodiada por soldados turcos.

El ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, afirma en la grabación que Erdogan vería un ataque contra la tumba como “una oportunidad” para incrementar la presencia turca en Siria, donde ha Turquía ha apoyado a los terroristas que luchan contra el gobierno de Bashar al Assad.


El jefe del servicio de Inteligencia turco, Hakan Fidan, va un paso más allá y sugiere preparar un falso ataque para dar a Turquía una excusa para intervenir en el conflicto.

“Enviaré a 4 hombres de Siria. Crearé una causa para la guerra ordenando un ataque con misiles contra Turquía. Podemos preparar también un ataque contra la Tumba de Suleiman Shah si es necesario”, dijo Fidan.


Los responsables del gobierno turco han prometido proteger la tumba como su “suelo nacional”.

El Ministerio de Exteriores turco calificó la filtración de la grabación como “un ataque despreciable” contra la seguridad nacional. “Estas bandas traidoras (refiriéndose a los que filtraron la grabación) son los enemigos de nuestro estado y nuestro pueblo. Los perpetradores de tal ataque dirigido contra la seguridad nacional serán descubiertos en el tiempo más corto y serán entregados a la justicia para que les imponga las más severas penas”, dijo el ministro.


La “miope” prensa occidental se ha obsesionado con la prohibición turca de Twitter y Facebook, y las fugas con respecto a "la corrupción", en un intento de eludir las conversaciones que revelan  que Turquía, miembro de la OTAN desde hace décadas, estaba planificando un ataque de bandera falsa que llevaría a una intencionalmente provocada guerra con la vecina Siria.

Y esto viene de largo teniendo en cuenta  que Turquía lleva tiempo suministrando apoyo aéreo, logístico y cobertura armamentística a los miembros del grupo terrorista designado del Departamento de Estado de EE.UU., Al Nursa que han estado liderando una ofensiva permanente del territorio turco en el noroeste de la provincia de Siria de Latakia.

La operación comenzó hace días cuando Turquía ha derribó un avión de combate sirio que se dirigía hacia los militantes de Al Nusra en territorio sirio. Mientras que Turquía afirma que el avión de guerra violó el espacio aéreo turco, el avión se estrelló en territorio sirio, y el piloto se eyectó y fue recuperado en  territorio sirio . El incidente ha sido utilizado por Turquía para preparar el terreno retórico a una escalada de las tensiones entre Ankara y Damasco, muy probablemente en un intento de servir de impulso para la guerra en lugar de la operación de bandera falsa que resultaría más arriesgada.
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27 mar 2014

¿Es acaso el racismo la proyección de nuestra propia violencia?


Buena parte de la imagen y de la práctica actual de la guerra, en la era de la imagen y de los drones, solo se entiende desde esta perspectiva a la vez espectacular e immunitaria. Hitler mandó que el genocidio de los judíos de europa se realizase mediante cámaras de gas para evitar el "sufrimiento moral" de los soldados nazis obligados a matar de un tiro en la nuca a niños, mujeres, ancianos y demás civiles desarmados. Considerando que se exigía de ellos un excesivo "heroismo" en el cumplimiento directo de las tareas de exterminio, el Führer los liberó de esa carga mediante ese instrumento de muerte industrial, anónima y aséptica que es la cámara de gas. En aquel momento, la inmunización contra el dolor del crimen se obtenía ocultando sus imágenes, negando su existencia. El negacionismo está siempre ya incluido en la política genocida del nacionalsocialismo. Esto deja ya de ocurrir con las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki: tuvimos imágenes de las bombas, de los hongos nucleares y de sus consecuencias desde el primer momento. Uno de los pilotos de la misión, Eatherly estuvo al borde de la locura tras "ver" lo que habían hecho. Por mucho que no tuviese contacto con la población asesinada, la conciencia de la magnitud de la matanza le resultó inaceptable. Era necesario por consiguiente separar lo más posible a los seres humanos del acto de dar la muerte, inmunizarlos contra la muerte mediante barreras. Estas barreras serán la imagen y la automatización de las máquinas de matar. La cámara y el dron, a veces unidos en un mismo aparato sintetizan esta guerra "humana" con la que soñara Hitler. El uso masivo de drones en la guerra de Afganistán/Pakistán está permitiendo que se realice el sueño de un conflicto sin bajas para quien tiene la supremacía técnica y con numerosas bajas civiles para quien no la tiene. 


El espantoso crimen ocurrido en Londres en el que un joven británico de origen nigeriano asesinó con un machete en plena calle a un soldado británico ilustra bien el funcionamiento de una sociedad de control espectacular e inmunitaria. En primer lugar, las imágenes del crimen circulan por la red como objeto de curiosidad, pues decenas de personas asistieron al asesinato y, en lugar de salir corriendo a ayudar a la víctima o a ponerse a salvo, se quedaron en las cercanías filmándolo. Como si no tuvieran nada que temer, pues la realidad convertida en imagen es tan inofensiva como la de una película, aunque sea un "snuff movie". El propio protagonista, una vez cometido el crimen se puso a departir tranquilamente con los viandantes mientras era filmado y a explicar con bastante serenidad, con un machete y un cuchillo ensangrentados en sus manos también cubiertas de sangre, los motivos de su acción.Probablemente el joven sea un "terrorista improvisado" que decidió lanzarse a la fama mediante este acto y lo consiguió. Su objetivo era denunciar mediante la acción lo que ocurría todos los días en numerosos países musulmanes ocupados o intervenidos por potencias "humanitarias" occidentales como Irak, Afganistán o Pakistán. La fama la obtuvo, pero esto último no lo consiguió realmente, pues para los medios de comunicación todo quedó en una denuncia de su "barbarie", rápidamente asociada al Islam político por unos medios cuyo reflejo inmediato es banalizar la imagen del enemigo, para mejor ocultar el contexto de este acto. 


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