El 4 de junio de 1963, John Fitzgerald Kennedy intentó
quitarle a la Reserva Federal de EE.UU. su poder de prestar dinero con interés
al gobierno. El entonces presidente firmó la Orden Ejecutiva Nº 11110 que
devolvió al gobierno de los EE.UU. la facultad de emitir moneda, sin tener que
pedirlo prestado a la Reserva Federal. Kennedy dió a la Tesorería la facultad “para
expedir certificados de plata respaldados por reservas de plata metal en el
Tesoro”. Esto significa que por cada onza de plata en poder del Tesoro el
gobierno podría poner nuevo dinero en circulación. En total, cerca de 4,3
millones de estos “dólares Kennedy” fueron puestos en circulación por este
mandato de Kennedy. Las ramificaciones de este proyecto de ley eran y siguen
siendo enormes.
Con un golpe de pluma, Kennedy dió la sentencia de muerte a
la Reserva Federal. Si una cantidad suficiente de estos billetes respaldados en
plata hubieran sido puestos en circulación se hubiera eliminado la demanda para
billetes de la Reserva Federal porque los “Billetes de Plata de Kennedy”
estaban respaldados por metales preciosos y los de la Reserva Federal por nada.
La Orden Ejecutiva 11110 hubiera impedido que la deuda nacional llegase a su
nivel actual, debido a que hubiera dado al gobierno la capacidad de reembolso
de la deuda sin tener que acudir a la Reserva Federal y el subsiguiente pago de
intereses a fin de crear el nuevo dinero. La orden Ejecutiva 11110 dio al
Congreso de los EE.UU. la posibilidad de crear su propio dinero respaldado por
plata y libre de deuda e interés.
Sólo cinco meses después de que fuera asesinado Kennedy,
dejaron de imprimirse más “Billetes de plata”. El decreto 11110 nunca fue
derogado por ningún Presidente después por Orden Ejecutiva y legalmente sigue
siendo válido hoy día. ¿Por qué entonces no lo ha utilizado ningún presidente
después? Prácticamente la totalidad de los casi 6 billones de dólares de la
deuda federal ha sido creada desde 1963, y si un presidente hubiese utilizado
la Orden Ejecutiva 11110, la deuda sería muy diferente de los niveles actuales.
Quizás el asesinato de JFK fue una advertencia a futuros presidentes que piensen
eliminar la deuda federal revocando el control que tiene sobre la creación de
dinero la Reserva Federal.
Kennedy desafió a los gobernadores del dinero retando a los
dos vehículos más eficaces jamás utilizados para provocar el aumento de la
deuda – la guerra y la creación de dinero por un Banco Central privado-. Sus
esfuerzos por replegar todas las tropas de Vietnam en el 64, y por la Orden
Ejecutiva 11110 hubieran cortado severamente a los beneficios y el control del
establecimiento bancario de Nueva York. Ahora que EE.UU. se arrastra por el
fango en el Suroeste Asiático y alcanza una deuda más que insostenible nos hace
preguntar: ¿algún candidato de estas campañas presidenciales tiene el valor de
considerar la utilización de la Orden Ejecutiva 11110 y está dispuesto a pagar
el supremo precio por hacerlo?
En virtud
de la autoridad conferida a mi persona por la sección 301 del título 3 del
Código de los Estados Unidos, se ordena de la siguiente manera:
Sección 1. Decreto Ejecutivo Nº 10289 de 19 de septiembre de
1951, en su versión modificada, se vuelve a modificar -
Al añadir al final del párrafo 1, el siguiente inciso(j):
(j) La autoridad que recae en el Presidente por el párrafo
(b) de la sección 43 de la Ley de Mayo 12,1933, en su versión modificada (31
USC821 (b)), para emitir certificados de plata respaldado por reservas de plata
de La Tesorería, para prescribir la denominación de tales certificados de
plata, y emitir monedas dólar de plata estándar y divisa subsidiaria por su
equivalente en plata.
Revocando los incisos (b) y (c) del apartado 2 del mismo.
Sec. 2. Las modificaciones introducidas por la presente
Orden no afectarán a ningún acto realizado, o cualquiera de los derechos
devengados o cualquier juicio o procedimiento presente o iniciado en cualquier
causa civil o penal antes de la fecha de la presente Orden, pero todos esos
pasivos continuarán y pueden ser ejecutados como si dichas modificaciones no se
hubiesen hecho.
John F. Kennedy, La Casa Blanca, el 4 de junio de 1963.
y ahora
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