El tema de las escuchas ilegales ha pasado a primer plano
en la campaña electoral en Alemania. La opinión pública ha manifestado su
indignación ante el hecho de que el Gobierno alemán estuviese al tanto del
espionaje masivo en Internet. Los candidatos al puesto de canciller se han
visto obligados a modificar a toda velocidad sus programas electorales.
Según el periódico Der Spiegel, el pasado
miércoles el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert, se vio obligado a
desmentir que los funcionarios alemanes supieran que los servicios secretos de
EEUU llevaban a cabo labores de espionaje masivo en territorio alemán. Todavía
no es posible saber si la versión oficial del Gobierno podrá convencer a los
alemanes de a pie, muy preocupados por la posible intromisión en sus datos
privados. El candidato a canciller por el Partido Pirata Bruno Kramm comentó:
—Nos parece sumamente desconcertante que los responsables
políticos desde hace tiempo estuvieran al corriente de esas actividades. Hay
pruebas de que los servicios secretos alemanes (BND) solicitan con cierta
frecuencia ayuda a EEUU, cuando se plantea la necesidad de acceder a correos
electrónicos. El espionaje masivo supone una violación flagrante de la
presunción de inocencia y la libertad de información, ambas protegidas por el
artículo 10 de nuestra Ley Fundamental.
Angela Merkel está teniendo dificultades para
mantener su posición de liderazgo en la carrera preelectoral. Con la esperanza
de conseguir votos adicionales, ha llegado a invitar al presidente de EEUU a
pronunciar un discurso en el centro de Berlín. Sin embargo, a la luz de los
acontecimientos, el apasionado discurso de Barack Obama sobre
la amistad y la cooperación suena cada vez más hueco. Angela Merkel ha tenido
mientras tanto que cambiar radicalmente su posición sobre el tema de la
protección de datos personales. Es una cuestión que el partido de Bruno Kramm
lleva muchos años intentando poner en la agenda pública:
—La señora Merkel parece haberse dado cuenta de la
indignación levantada y le ha faltado tiempo para pedir una solución al
problema al nivel de la UE; a pesar de que durante mucho tiempo ha estado
bloqueando la adopción de ese tipo de medidas. Nos alegramos de que haya
cambiado de posición: nosotros hace mucho tiempo que hemos intentado llamar la
atención sobre el tema de la protección de datos en Facebook y en las demás
redes sociales. Es hora de preguntarse si las actividades de los servicios
secretos suponen en realidad un peligro mayor para nuestra sociedad, nuestra
vida personal y nuestra libertad que la lucha contra el terrorismo que nos
quieren imponer. Seguimos siendo aliados de EEUU en guerras sin sentido, como
la de Afganistán. Creemos que ha llegado el momento de que, como nación, y
después de haber participado en tantas guerras, abandonemos por fin esas zonas
de conflicto y nos preocupemos un poco más de la seguridad de nuestros
ciudadanos en su propio país.
Mientras los políticos europeos intentan conseguir de EEUU
respuestas o al menos una explicación de lo sucedido, los más acalorados
debates están teniendo lugar precisamente en Alemania. El Gobierno está
sometido a la crítica más dura por parte de la oposición. La canciller ha
tenido que cambiar su posición en esta materia y la coalición gobernante no es
capaz de resolver el dilema entre la seguridad y la protección de la vida
privada.
El Partido Pirata, mientras tanto, prefiere adoptar una
posición de defensa activa y organiza seminarios por toda Alemania en los que
enseña cómo proteger los datos personales, el correo electrónico y la
correspondencia.
Mientras tanto…
EEUU y Alemania decidieron vigilar juntos la vida privada
de los ciudadanos. La Agencia norteamericana de Seguridad Nacional (NSA) y los
servicios de inteligencia germanos planean crear en Alemania un centro especial
para intervenir llamadas telefónicas y reunir información electrónica. Los
alemanes están indignados, sin embargo las autoridades no tienen intenciones de
renunciar a dicho proyecto.
La historia relacionada con las revelaciones de las
actividades de la inteligencia estadounidense en todo el mundo indignó a los
alemanes, pero en nada influyó. Los representantes de los servicios secretos de
EEUU y de Alemania confirmaron que estaban trabajando sobre un proyecto común
destinado a reunir información acerca de la vida privada de los ciudadanos por medio
de intervención de las conversaciones telefónicas y el estudio del contenido de
los correos electrónicos. Hace mucho se habló de eso y ningunos escándalos de
espionaje pueden obligar a Berlín a retractarse, considera Fiódor Lukiánov,
presidente del Consejo de política exterior y defensa de Rusia:
–EEUU cuenta con suficientes palancas para ejercer la
presión política sobre los europeos. Por eso con todo el descontento y hasta
desconcierto, Europa no puede renunciar a nada, decirle no a EEUU. En sentido estricto,
la apertura de ese centro demuestra que es bastante bajo el grado de
independencia política de Europa de los EEUU.
El nuevo centro de vigilancia con un costo de ciento
veinticuatro millones de euros, estará situado en Wiesbaden, la sede del Mando Unificado
de las Fuerzas Armadas de EEUU en Europa. El centro deberá estar listo para
2015. Los militares norteamericanos han declarado que dicho centro permitirá
reunir la información de inteligencia, útil para las tropas de EEUU en Europa,
África y otras regiones del mundo. Al mismo tiempo, los alemanes recibirán los
datos descubiertos sobre crímenes en preparación. En los servicios de
inteligencia alemanes afirman que el programa norteamericano de intervenciones
ya ayudó a evitar varios actos terroristas en el territorio de Alemania, por lo
que las actividades del centro serán muy oportunas para los servicios secretos
locales.
Ese criterio no es compartido por los ciudadanos y los
políticos de oposición en Alemania. Después de las revelaciones hechas por Snowden,
que demostró que la República Federal se encontraba bajo la atenta vigilancia
de los servicios secretos norteamericanos, la opinión pública exigió al
gobierno que tomara medidas drásticas. No obstante, la cancillera Angela Merkel
se limitó a declarar que era inadmisible vigilar a los aliados. Mientras que el
viaje del Ministro alemán de Interior Hans-Peter Friedrich a EEUU,
supuestamente para recibir explicaciones, sólo fue una formalidad diplomática,
subraya Hans-Christian Ströbele, miembro del partido Alianza 90/Los Verdes:
–Esa sólo fue una maniobra para distraer la atención de
la sociedad de la canciller federal y concentrarla en el ministro. Por lo que
se ha logrado saber, el ministro no les planteó a los aliados norteamericanos
ninguna de las preguntas que a todos les interesan.
En realidad, las principales conclusiones las sacó EEUU.
Después de la historia con el colaborador fugitivo Edward Snowden, las
autoridades reforzaron el régimen de acceso a la información secreta e
implementaron reglas para guardar documentos importantes sólo en partes y en
diferentes servidores de servicios informáticos.
Por cierto, sólo norteamericanos
participan en la edificación del centro de vigilancia en Wiesbaden. Según
informa la publicación Spiegel, todos los materiales de construcción son
traídos a Alemania de EEUU. Como contratistas trabajan exclusivamente empresas
norteamericanas. Es un comienzo bastante significativo del proyecto conjunto de
los servicios de inteligencia de las dos naciones.
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