Paul Singer |
La semana pasada Jim y Charles Davis publicaron un artículo en la sección de Opinión del Washington Post donde hacían
referencia a una campaña contra la presidenta argentina Cristina Fernández de
Kirchner, a la que se le acusa a esta última de promover una “teoría
conspirativa antisemita” y sugerían que el AIPAC (el Comité de Asuntos Públicos
Americano-Israelí – la mayor organización del lobby sionista en EEUU) y la
Fundación de Defensa de las Democracias (FDD) “podrían estar coordinando sus
esfuerzos para presentar al gobierno argentino de Fernández como un aliado del
terrorismo promovido por Irán”.
En este contexto estarían también los esfuerzos de Paul
Singer, el multimillonario director de un fondo buitre de cobertura que está
buscando obligar a Argentina a pagar la totalidad de la deuda que su firma
ostenta. Se trataría, por tanto de un castigo político contra Argentina por no
someterse a las exigencias de los grupos sionistas y de Israel como de un
intento de aprovechar la coyuntura económica para saquear la riqueza de
Argentina.
Singer es también miembro, junto con el multimillonario
Sheldon Adelson, de la Coalición Judía Republicana. Ambos permanecen
políticamente activos en su apoyo a distintos candidatos republicanos. Los dos
estuvieron presentes en el Club Metropolitano de Manhattan en una reunión este
mes con el candidato Jeb Bush, que acaba de anunciar que su hermano, el ex
presidente George W., era su asesor en la política hacia Israel.
Paul Singer contribuyó con 3,6 millones de dólares a la
American Israel Education Foundation, la entidad de la que se sirve en AIPAC
para recoger fondos.
El AIPAC y la FDD promovieron al polémico fiscal especial
Alberto Nisman, conocido por lanzar acusaciones gratuitas contra Irán y el
gobierno argentino. Él intentó vincular sin pruebas a Irán al atentado contra
el edificio de la Asociación Mutua Israelita de Argentina (AMIA) en 1994 y
acusó a la presidenta argentina de intentar encubrir este tema a cambio de
favores comerciales para Argentina, una alegación que ha sido rechazada
posteriormente por un tribunal argentino. Uno de los aspectos más criticados
del trabajo de Nisman fue el de aceptar el testimonio de miembros del grupo
terrorista de oposición iraní Mujahedin e Jalq, al que los expertos comparan
con una secta y que es reconocido como una organización terrorista a nivel
internacional y de un desacreditado desertor iraní.
En 2010, Nisman acudió a la conferencia del AIPAC, algo
insólito teniendo en cuenta que la participación en un evento anti-iraní y
pro-israelí dejaba a las claras la parcialidad y nula credibilidad de sus
actuaciones. Él fue tratado en el congreso como un “héroe”.
A principios de mayo el senador sionista estadounidense,
Marco Rubio, Republicano por Florida, famoso por su feroz oposición al acuerdo
nuclear con Irán y por sus amenazas incluso de un ataque nuclear contra ese
país, presentó una resolución en el Senado en la que pedía “una investigación
del fallecimiento de Nisman”, que apareció muerto en su vivienda. Rubio acusó
también a Fernández de conspirar para “encubrir la implicación de Irán en el
atentado terrorista de 1994”.
Cabe señalar, que el fondo de cobertura de Singer, el Elliot
Management, fue la segunda mayor fuente de fondos para la campaña de Rubio
entre 2009 y 2014, suministrando al candidato republicano unos 122.620 dólares
según el Center for Responsive Politics.
Singer ha contribuido con fondos también a The Israel
Project (TIP), que está encabezado ahora por el antiguo portavoz jefe del
AIPAC, Josh Block. Singer donó 500.000 dólares a este grupo en 2007 y 1 millón
de dólares en 2012. El TIP ha estado también publicando continuamente artículos
críticos contra el gobierno de Argentina.
La revista Tower, del TIP, ha publicado 28 artículos citando
a Nisman y el caso de la AMIA, según una búsqueda en su página de Internet. Ben
Cohen, un redactor colaborador de la publicación, ha escrito en ella dos
artículos contra Fernández.
La furia de este sionista se dirige incluso contra el
periodista judío argentino Jorge Elbaum, al que acusa de ser “un judío de la
corte” por el hecho de citar una declaración de Nisman, en la que éste
aseguraba a otros líderes de la comunidad judía argentina que “Paul Singer nos
ayudará a revertir la aproximación de Argentina a Irán”, una declaración más
digna de un líder político que de un fiscal que investiga un caso.
Como se ha mencionado, los motivos de las acciones de la
actuación de Singer contra Argentina y su gobierno no son sólo ideológicos,
sino que responden también a un claro interés económico de obtener una ganancia
a costa del pueblo argentino. Él ha llevado a Argentina a los tribunales para
obtener el pago total de su deuda que este país tiene contraída con su firma,
en contraste con el 93% del resto de los acreedores que han aceptado un acuerdo
con el gobierno argentino sobre el reembolso de la misma. El fondo buitre de
Singer compró muy baratos bonos argentinos y ahora reclama a Argentina el pago
total del valor de los mismos, lo cual le permitiría ganar unos 2.000 millones
de dólares. Y él utiliza al TIP para presionar al gobierno argentino en defensa
de sus intereses.
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