El filme muestra la sociedad civil y su lucha por sobrevivir en el Este de Ucrania.
Son imágenes y relatos impactantes de gente común, de familias, niños, trabajadores mineros, ancianos, jóvenes, que se encuentran en los sótanos, las minas, lugares de trabajo destruidos, en los comedores públicos, en los centros de distribución de alimentos.
Creo que debemos mostrar respecto humano ante estas victimas de guerra que no se rinden – acompañándolas por un breve momento a través de esta película.
Existe el derecho internacional que implica la ley de la guerra. Se llama Convención de Ginebra de 1949 y sus anexos del 1977. La autoridad referente es la Comisión Internacional de la Cruz Roja, ubicada en Ginebra, Suiza.
En virtud del artículo 3 común, los civiles no pueden ser el objetivo deliberado de ataque. Las partes en conflicto deben tomar todas las precauciones posibles para minimizar el daño a los civiles y los bienes de carácter civil, y abstenerse de ataques que no logran distinguir entre combatientes y civiles, o que ocasionarían daños desproporcionados a la población civil.
En Ucrania del Este murieron más de 7.000 personas civiles en menos de un año, más de un millón huyeron. Estas cifras hablan por si solo, dejando de lado cualquier justificación. (Cifras ONU)
El 19 de mayo del 2015, los noticieros (algunos) informaron de intensos bombardeos de varias zonas pobladas de Donetsk y de la mina Putilovkade por el ejército ucraniano. El 20 de mayo el parlamento de Ucrania votó suspender provisionalmente las obligaciones que resulten de la ratificación de declaraciones de derechos humanos. Especialmente de la Convención de Derechos Humanos del Consejo Europeo y del pacto Civil de la ONU.
Por ello el filme llama a reclamar que se respete la Ley de la Guerra, la convención de Ginebra, para proteger la población civil del Donbass.
Beate Taufer
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