Ekaterimburgo acoge la cumbre de la UE y Rusia.
Moscú espera conocer los pormenores de la investigación
antimonopolio, efectuada por la Comisión Europea con respecto a Gazprom, y
llevar a cabo una exhaustiva conversación sobre Siria. Rusia está representada
en la cumbre por el jefe de Estado, Vladimir Putin, y la delegación europea por
el presidente de la UE, Herman Van Rompuy, y por el titular de la Comisión
Europea, José Manuel Barroso.
Esta trigésima primera edición de la cumbre se lleva a cabo
de acuerdo a un libreto habitual. Los líderes se reúnen al atardecer en una
cena oficiosa. Al día siguiente, continúan su labor en una reunión plenaria que
deriva espontáneamente en un almuerzo de trabajo.
Rusia es para la UE el abastecedor principal de agentes
energéticos, un eje que Rusia desarrolla vigorosamente. Se encuentra ya en
explotación el gasoducto North Stream y, está en marcha la construcción del
gasoducto South Stream. Pero, en 2009, la UE aprobó un denominado “tercer
paquete energético” que restringe considerablemente el trabajo del consorcio
ruso Gazprom. Bruselas se afana en recortar las facultades de Gazprom, a fin de
ser más independiente de los suministros rusos, explica Vladimir Sokolov,
profesor en la Escuela Superior de Economía:
—La UE, como estructura multilateral voluminosa, está
animada tanto por el interés económico: dónde comprar gas más barato que el de
Gazprom. Como político: para reducir la dependencia de Rusia, y de paso decir
algo a los electores. Pero, por otra parte, el sector privado alemán se siente
a sus anchas trabajando con Gazprom y continuará haciéndolo. Además, tiene la
ventaja de ser estable y de largo plazo. Pues, existe un gasoducto y
yacimientos de gas enormes. De manera que no van a romper tan fácilmente con
Rusia.
Otro problema constante en el diálogo entre Rusia y la UE es
el del régimen de visados. En un comienzo, se plantea aliviar el régimen de
visado para, más adelante, anularlo de todo. Moscú y Bruselas se están poniendo
de acuerdo en la exención de visas para los portadores de pasaportes de
servicio. Fue convenido que recibirán este derecho unas quince mil personas.
Ahora, algunos países europeos solicitan mayores detalles sobre cómo y a
quiénes se extenderán estos pasaportes azules. Los interlocutores rusos destacan
que es necesario esperar las decisiones de todos los miembros de la UE. Pero,
en esto desempeña su papel no solo la opinión de los europeos, considera Valery
Korovin, director del Centro de Peritajes Geopolíticos:
—El hecho que los europeos se obstinen con respecto a
esas quince mil personas revela que, en realidad, ellos temen a Rusia y a
quienes viajen desde el país. Y temen porque no tienen una idea clara de lo que
Europa necesita de Rusia, de cuáles son sus intereses. ¿Es necesario
desarrollar las relaciones o hacer caso a Washington y mantener a Rusia lejos?
Mientras lo deciden, dan largas en el asunto.
Los problemas internacionales los
debatirán en un desayuno de trabajo. En el menú figura la solución en Oriente
Próximo, la situación en el norte de África, en Cisdniestría y en Alto Karabaj.
Pero, en primer lugar, los líderes se
proponen conversar detalladamente sobre la crisis en Siria. En la víspera,
el Consejo de Europa aprobó nuevas sanciones contra el país. El embargo
petrolero se introduce hasta el 1 de junio de 2014 y es posible que sean
congelados los activos de una serie de personas físicas y jurídicas, incluido
del Banco Central de Siria. Además, la UE levantó la semana pasada el embargo
de armas para la oposición siria. Y a partir del 1 de agosto, todo miembro de
la UE podrá decidir, a su antojo, qué armas suministrar y a quien. Esta medida
de Bruselas puede agravar aún más la situación. Es evidente que Rusia no se
propone omitir la crítica, indicaba el embajador de Rusia ante la UE, Vladímir Chiyov:
—Desde el punto de vista de la lógica elemental,
poniéndose en el caso de la oposición armada siria, ¿cuál sería la reacción
ante tal decisión? Es la señal inequívoca de que vale la pena esperar para que
las armas les lleguen a montones, lo que dará la posibilidad de obtener la
victoria militar. Dicha lógica no contribuye a los esfuerzos que se están
adoptando, incluidos los nuestros, por una solución política pacífica, que
comprenden la realización de una conferencia internacional.
Por lo demás, no han faltado reclamos contra Rusia. La misma
UE reprocha a Moscú el suministro de armas. Ello no tiene nada de sensacional y
ni hablar ya de que no se ha “atropellado” el derecho internacional. Yuri
Ushakov, asesor del presidente Putin indica que Rusia no haría más que cumplir
con contratos antes pactados, pero no se dispone a firmar nuevos.
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