Si hay un día perfecto para declarar una guerra, o mejor aún
recibir un ataque -falsa bandera o no- y poder defenderse debidamente (la
eterna estrategia sionista) es la fiesta judía del Purim, que se
celebra el 16 de marzo de 2014. Purim es la celebración del milagro de
la salvación del Pueblo Judío por su heroína Ester, de las pocas fiestas que
transcurren con alegría en Israel, con comidas regalos y disfraces.
Es el origen del antisemitismo y del destino del pueblo judío, quién a
través de un enemigo ancestral y perpetuo, obtiene el permiso para defenderse y
atacar "preventivamente". Esta es una clave para entender la
verdadera esencia del conflicto entre Israel y Palestina. La otra clave es
descubrir que no es un problema entre árabes y judíos sino que es un CONFLICTO
DE JUDIOS CONTRA JUDIOS.
Purim, conmemoración de Ester
El Libro de la reina Ester es el único libro del Antiguo
Testamento donde no se menciona, en ningún momento, el nombre de Dios. Esto ha
sorprendido con frecuencia a muchos, los propios judíos no han sido capaces de
encontrarle una explicación. La historia ocurrió en Persia hace más de 2.500
años, cuando a instancias del instigador Hamán se echó la suerte para
determinar el día y el mes en que se exterminaría a todos los judíos del reino. Sin
embargo llegada la fecha elegida para el exterminio, “cambió la
suerte" –eso significa Purim- cuando Ester reveló su identidad judía a
su esposo el rey, que la desconocía. Al saber que su esposa era judía, el
rey paró el exterminio previsto y decidió colgar a Hamán y promulgar
un nuevo decreto por el que permitir a los judíos defenderse contra sus
atacantes. Es decir, el rey instauró el derecho de los judíos a atacar
para ser defenderse sin tener que respetar leyes, naciones, organismos
internacionales, etc. Un derecho que los isrealitas ejercen con pasión.
La historia de Ester dice que el rey persa Asuero envió a
buscar por todo su vasto reino a "las muchachas vírgenes más
hermosas" para sustituir a su esposa. Fue elegida reina una joven muy
bella, huérfana y de raza hebrea llamada Ester que, sin embargo, ocultó su
origen hebreo hasta que llegó la hora de impedir la destrucción de su pueblo.
Esther era una reina hebrea en el extranjero y allí fue enterrada, lo que ha
provocado el hecho incómodo de que uno de los lugares más importantes
para el judaísmo se encuentre precisamente en Irán, en la antiquísima
ciudad de Hamadán, a unos 335 km al oeste de Teherán. Dada la escalada de
conflicto entre los dos países Esther, sus restos, se han convertido en
rehenes. Irán ha desposeído de toda protección y catalogación el lugar
y ha dicho que si Israel se atreve a tocar la Mezquita de Al-Aqsa o el Domo de
La Roca -lugares santos musulmanes- ellos destruirán la tumba de Ester.
El nombre Ester deriva del nombre bíblico de origen babilónico que
significa estrella.
Ester deriva de la diosa babilónica Ishtar, nieta de Enlil
(Jehová). Su símbolo -la estrella de ocho puntas- adorna la cabeza de muchas
vírgenes cristianas ya que Ishtar es la falsa diosa conocida en otras culturas
como:
Inanna/Artemisa/Astarté/Diana/Gaia/Artemisa/Cibeles/Sekhmet/Isis/Venus
etc. En la religión católica ha ocupado "el cargo" de la Virgen
María que no tiene nada que ver con Maria, madre de Jesús), Una conexión
inédita y sorprendente entre judaísmo y catolicismo.
Amalek, la clave del odio eterno
Hamán, el cortesano que maquinó para exterminar a los judíos
es el "malo" de la historia y en Purim es tradición comer unos
pasteles rellenos, conocidos como orejas de Hamán. En la lectura del libro de
Ester en las sinagogas, los niños suenen matracas y los adultos golpean el
suelo con sus piescuando se pronuncia el nombre de Hamán. Cualquier similitud
fonética con el grupo Hamas es pura casualidad... La historia toma más sentido
cuando averiguamos que Hamán era descendiente directo de Amalek, el
arquetípico enemigo mortal del pueblo judío. Amalek y/o Hamán es el
“inventor” del antisemitismo y a su vez representa la legitimación
del pueblo judío para su visceral necesidad de acabar con el pueblo
palestino y viceversa. Israel, en legítima defensa “cambia
la suerte” (Purim) y obtiene por gracia divina el permiso para
aniquilar a sus enemigos. De víctima a aniquilador con justificante y
salvoconducto… es normal que se celebre con tanta alegría un día tan útil como
el de Purim para un país beligerante como Israel. Para los judíos, Amalék
se encargó de infundir en el corazón de sus descendientes un odio
implacable y mortal hacia el pueblo de Israel. Un odio infinito, sin
motivo ni razón que justifica la obsesión por la desconfianza y la autodefensa
del pueblo de Israel, siempre amenazado por su enemigo. El arquetipo de Amalek
ha permanecido vivo a lo largo de la historia en forma de Hitler, Yaser
Arafat o Ahmadinejad.
Amalék fue el nieto de Esaú, hijo de Isaac y tataranieto de
Abraham y es quien da nombre al pueblo de los Amalaquitas. Se consedra
que los palestinos son Amalaquitas, lo que justifica la actitud soberbia y
agresiva de los judíos para con ellos. Los amalequitas atacaron ya a los judios
cuando Moisés huía de Egipto y no sólo les odian ellos, sino también su dios,
el falso dios Jehová que en realidad es Enlil el diosito sumerio anunnaki.
Según la Biblia, Yahvé dijo que los amalaquitas “deben ser destruidos” y
“borrados de la faz de la Tierra”.
Por otro lado, el sionismo enfatiza y generaliza el
antisemitismo y por tanto amplía su odio y su necesidad de autodefensa
a todo aquel que no sea judío, a todos los llamados "gentiles".
Así podemos comprender que en sus libros sagrados encontremos perlas como:
•"Los judíos siempre deben tratar de engañar a los
cristianos" (Zohar 1, 160 a).
•"Un judío que mata a un cristiano no comete pecado, sino ofrece un
sacrificio aceptable a Dios"(Abhdah Zarah 26 b)
•"Si un gentil golpea a un judío, a ese gentil se le debe matar"
(Sanhedrín 58 b).
•"¿Qué cosa es una prostituta? Toda mujer no judía" (Eben ha Ezer, 6,
8).
•"Todos los niños gentiles son animales" (Yebamoth 98 a).
•"Jehová creó al no judío en forma humana para que el judío no sea servido
por bestias. (Midrasch Talpioth, 255 1, Warsaw 1.855).
Para quienes no lo sepan Yahvé -castellanizado como
Jehová- es Enlil, el gobernante Anunnaki que se hizo
pasar por "dios" reservándose de entre los suyos el papel estelar del
bueno, de Yahvé/Zeus/Shiva etc. Siempre en guerra con su
adversario y hermanastro Enki, a quien le tocó un papel menos agradable pero de
más poder si cabe: Lucifer, el Adversario -de Jehová- pues "El
Creador" no tiene adversarios, aunque sí muchos imitadores. Por
algo Jesús nunca se refirió a "dios" por su nombre sino por
el de “el Dios de Abraham” para marcar diferencias.
El verdadero conflicto de Palestina: judíos contra
judíos
Real o arquetípico, Amalek nos permite entender que el
conflicto perpetuo de Israel y Palestina NO es un conflicto entre
árabes y judíos, sino entre judíos y amalaquitas.
Sabido es que Abraham tuvo dos hijos, uno con su mujer Sara llamado Issac y otro
con la criada Agar (a petición de su mujer que creía ser estéril) llamado
Ismael. De Isaac surgiría el pueblo judío y de Ismael el pueblo
Ismaelita o árabe. Por tanto árabes y judíos son hijos del mismo
padre Abraham y por tanto hermanastros. Pero la historia da un giro
sorprendente cuando descubrimos que judíos y amalaquitas (palestinos) son
hijos de un mismo padre -Isaac- y nietos de Abraham, es decir que son
hermanastros también.
¡ Es decir el problema palestino es un conflicto
entre hermanos... por partida doble ¡
Jacob era hijo de Isaac y hermano mellizo de Esaú. Tras
"ser elegido" por Yahvé, cambió de nombre para llamarse
Israel y acabó siendo el fundador de la patria hebrea. La Biblia nos lo
explica, como siempre, de una excelente manera que no deja lugar a dudas:
Isaac se casó con Rebeca y tuvo a dos mellizos Jacob y Esaú, dos niños que ya
se peleaban en las entrañas de Rebeca su madre: En Génesis 25:22-23 se le
anuncia a Isaac y Rebeca que de sus dos hijos nacerían dos naciones: “Y
los hijos se combatían dentro de ella; Y fue a consultar a Jehová. Y
respondióle Jehová: Dos gentes hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos
desde tus entrañas: Y el será un pueblo más fuerte que el otro pueblo. Y el
mayor servirá al menor”.
Esaú era el hermano mellizo de Jacob. Era el hermano
más débil y en él podemos ver el origen del pueblo palestino. Los
descendientes de Esaú fueron llamados "Edomita"s y el lugar donde
habitaban tomó el nombre de "Edom", la Idumea romana que ocupaba toda
la Transjordania. De Edom surgieron los Amalaquitas y en la Edom
moderna viven en la actualidad los Palestinos. Pero ¿ que marcó el
destino de los dos hermanos ? Grandioso y vencedor para Israel y
trágico y perdedor para Esaú... La respuesta está en el error
fatal que Esaú cometió y que decantó irremediablemente la balanza a
favor de su hermano. Esaú cometió el error de tomar por esposa a Mahalat,
quién a su vez habría cometido también el pecado de nacer fruto del Amor entre
Ismael, el otro hijo "árabe" de Abraham y su esposa egipcia.
La esposa de Esaú, Mahala, era hija de Ismael que
pertenecía ya a un linaje completamente opuesto y adversario de su hermanastro
Isaac. Juntar los dos linajes con ese matrimonio enfureció mucho a
Yahvé pues sus planes peligraban. Yahvé, no el "Creador" sino el
líder anunnaki estaba celoso de su hermanastro Enki que había creado una raza
de humanos cruzada con su sangre (los hijos de Caín) y quiso hacer lo mismo.
Creó una súper raza judía con la descendencia "artificial" entre Sara
y Abraham.(El pueblo judío ha pagado caro ser una raza elegida. Sus
rivales anunnakis se lo han hecho pagar caro. ¿A que ahora se entiende
mejor la barbarie del holocausto?).
La Biblia lo insinúa, Sara tuvo a Issac por intervención
directa de Yahvé a los 100 años, queda claro pues que fue una concepción
asistida. Pero Abraham lo estropeó todo porque se enamoró de Agar, la criada de
su esposa e hija del faraón egipcio. Tuvo un hijo con ella, Ismael, antes
incluso que Sara tuviera a Isaac. Ismael por tanto era el primogénito y debía
de ser el heredero. No fue así, Yahvé obligo a decidir a Abraham entre
él su hijo Ismael. Yahvé era su dios y su jefe, pero Ismael era su
hijo fruto del Amor y de la Luz. Estamos en la dramática escena en que Abraham está
a punto de sacrificar a su hijo simplemente porque Yahvé quería conocer su
fidelidad. Sí, pero no fue por capricho, Yahvé le puso a prueba
obligándole a una cruel elección. Una vez más la Biblia lo explica todo, sólo
que hubo que cambiar a Ismael por Issac para no levantar
sospechas... Abraham se negó a matar a su hijo
y le "regateó" por segunda vez a Yahvé/Enlil (ya lo había
hecho en el episodio de Sodoma y Gomorra cuando Yahvé quería matarlos a todos
los habitantes y Abraham le sacó matar sólo a diez).
Y pactaron que Ismael y su madre Agar debían de
abandonar la tribu solos y alejarse para siempre. Así lo hicieron,
Agar y su niñito en brazos se adentraron en el desierto y cuando estaban a
punto de morir de sed apareció un ángel e hizó brotar agua de una roca y les
dijo:
"Levántate, alza al muchacho y sostenlo con tu mano; porque
yo haré de él una gran nación" Génesis 21:18
Efectivamente, de Ismael nació la nación árabe, la auténtica raza
terrestre sin cruces niburianos, algo que han pagado con creces a lo
largo de la historia. En recuerdo del calvario que pasó Agar en el desierto, en
la peregrinación a la Meca los fieles recorren un largo pasillo que acaba en una
fuente. Claro está, después de la jugarreta de Abraham, a Yahvé solo le
faltó que Esaú, de la linea de sangre "privilegiada" de la super raza
judía se casara con una hija de Ismael y por Amor... ¿en que estabas pensando
Esaú? Y así fue como los palestinos quedaron condenados para siempre.
En conclusión, se mire por donde se mire, Isreal es un
conflicto sin sentido. Judíos y Amalaquitas/Palestinos son hermanos
mellizos (hijos de Isaac y Rebeca) y judíos y árabes son
hermanastros (hijos de Abraham&Sara y Abraham&Agar). Es decir
estamos ante un conflicto interno entre judíos y la solución se encuentra
entre ellos y no fuera. La guerra árabe-israelí es una guerra
fraticida completamente, judíos y judíos en lucha fratricida. Israel
contra Israel. Por eso es un conflicto sin solución. Una persona
en conflicto consigo misma, enemiga de si misma, no podrá estira en paz con
nadie. Y lo mismo ocurre con los pueblos y con los países.
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