
La familia real, que en los setenta sirvió para unir a los españoles en torno a un proyecto democrático se ha convertido en el fusible fundido que muestra que las instituciones en aquellos años hace tiempo que fallan.
Lo que parecía un remedio práctico para pasar de una dictadura a un sistema parlamentario es una rémora. Proyectos excluyentes como el separatismo catalán, pese a ir contra la lógica globalizadora de...