¿Cómo pudieron los antiguos egipcios tallar, trasladar, izar
y colocar enormes columnas de piedra de una sola pieza, algunas de mil
toneladas de peso? ¿Qué clase de tecnología emplearon, que no requería ni
ruedas, ni caminos? Además ¿era su función simplemente decorativa?
El obelisco inacabado de Asuán se encuentra en las canteras
del norte de la ciudad (de la ciudad de Asuán salía buena parte de la piedra
con la que se hacían los monumentos egipcios).
Es un objeto en el que se estaba trabajando y que
posiblemente iba a ser la pareja del Obelisco laterano de Karnak (hoy en Roma),
que se resquebrajó y se tuvo que dejar sin concluir. Si no hubiera sido así
hubiera sido la pieza de piedra trabajada más grande del mundo.
A las afueras de la moderna ciudad de Asuán, no demasiado
lejos de la ciclópea presa construida por Nasser en los años sesenta, se encuentra
uno de los vestigios del antiguo Egipto más desconcertantes que existen.
Foto de Gérard Ducher |
Grande cómo ninguno, el llamado obelisco inacabado de Asuán
yace sobre el suelo rocoso de la cantera todo lo largo que es -42 metros-,
esperando que alguien pueda resolver los interrogantes que plantea el método
que los egipcios pretendían utilizar para transportarlo. Si el paradigma de
todas las pirámides del mundo está en la Gran Pirámide de la meseta de Gizeh,
su homólogo en el campo de los obeliscos yace toscamente tallado en la cantera
de Asuán.
Cualquier diccionario especializado en egiptología nos puede
proporcionar una definición somera de lo que es un obelisco. Nombre de origen
griego (“ojbelisko”), esta pieza es un monolito en forma de aguja paralelepípeda
erguida, con cuatro lados y coronada por una pirámide pequeña denominada
piramidión. Su función parece estar firmemente vinculada al culto solar de
Heliopolis, la On Biblica, al identificarse esta construcción con el primer
punto en el que se posaron los rayos del sol durante la creación del mundo,
según la mitología egipcia de esta ciudad. No en vano, el significado de la
palabra “tejen” (txn) utilizada por los egipcios para denominar a estas enormes
agujas, significaba literalmente “rayo de sol”.
COLOSOS DE MIL TONELADAS
La tradición existente en Egipto en el traslado de grandes
bloques de piedra es de sobra conocida por todos, Las grandes pirámides de
Gizéh poseen bloques de hasta 40 toneladas. Por los restos de un coloso de
granito de Ramsés II (ca. 1250 a.C.) disgregado por los patios del famoso
Rameseum de Tebas, se ha calculado que la figura medía casi 20 metros de alzada
y que su peso debió de superar las mil toneladas, Con todo, los obeliscos se
llevan la palma en tamaño y peso. Algunos de ellos fueron extraídos de las
canteras de granito rojo de Asuán. Sus medidas oscilan entre los 20 y 30 metros
y su peso puede llegar a superar las mil toneladas. No obstante, el ejemplo más
popular -y que supera cualquier imaginación es el ya mencionado obelisco
inacabado de Asuán, que puede fecharse en la XVIII Dinastía, es decir, hacia el
1400 a.C.
Abandonado en la cantera y unido solamente por un lado al
suelo rocoso, una vez puesto en pie este coloso superaría los 40 metros de
altura y su peso rondaría las 1.200 toneladas. A partir de ahí no sabemos nada
más. En el estudio de estos gigantescos monumentos son dos los problemas que
nos podemos encontrar. El primero de ellos es el trabajo de la piedra. Parece
inexplicable que con herramientas de cobre se pudiera trabajar con soltura una
piedra tan dura como el granito. Por otro lado, nos encontramos, quizá, con el
problema más insoluble.
¿Cómo trasladaron los egipcios miles de toneladas de piedra
sin romper la frágil estructura de los obeliscos? Hoy día a ningún constructor
moderno se le pasa por la cabeza realizar un bloque de piedra de tan
descomunales proporciones por el simple hecho de que sería imposible de mover.
Nuestros camiones de mayor carga pueden transportar apenas 50 toneladas. En
caso de, por ejemplo, cargar con una viga para un puente de un peso mayor,
deben ir escoltados por la policía de carretera y a una velocidad de 20
kilómetros por hora.
¿Cómo lograron los egipcios, entonces, cargar manualmente lo
que hoy no podemos hacer con nuestras mejores máquinas? Tradicionalmente se ha
interpretado que el traslado de un gran obelisco se realizaba arrastrándolo
hasta el río, donde era embarcado en un gran barco de papiro y madera. Según el
especialista Kurt Lange, la lógica nos lleva a pensar que el objeto saldría
totalmente acabado de la cantera. Con ello se pretendía evitar cargar con un
peso mayor innecesario. Así, sería mucho el cuidado que, a lo largo del
trayecto, se debía de dar al piramidión y a las aristas del obelisco para no
deteriorarlas.
OBELISCOS ELÉCTRICOS
Otros autores como el profesor José Álvarez López, defienden
la posibilidad de que nos encontremos ante simples pararrayos, haciendo
referencia al material metálico con el que se construía el mencionado
piramidión: el electrum, un combinado natural de oro y plata al que se añadía,
con frecuencia, un porcentaje de cobre.
Sea como fuere, de lo que no cabe duda es de que los
obeliscos egipcios ofrecen una serie de misterios que aún hoy los expertos no
han podido resolver. Sin ir más lejos, Francois Daumas, uno de los mejores
egiptólogos que ha dado Francia en lo que va de siglo, reflexiona sobre los
obeliscos afirmando que “el procedimiento que tenían los egipcios para erigir
un obelisco sin aplastar su zócalo sigue siendo misterio para nosotros”.
A este enigma habría que añadir otros más inexplicables,
como su traslado, levantamiento o colocación milimétrica. Se trata de problemas
que están más allá del tradicional “aaaauuppa” con que más de una vez se nos ha
intentado explicar el método de colocación de estos gigantes de piedra.
La pregunta correcta es ¿Quién convivía con los egipcios en aquel tiempo?
ResponderEliminarEl obelisco esta ahí, los egipcios no lo tallaron, lo trabajaron los...