Como están gradualmente empezando a entender más y más
personas en todo el viejo continente, la Unión Europea está entrampada en
vicios y defectos fatales. Y el principal de ellos es la moneda única que, en
lugar de servirle a la Unión como trampolín para el dominio global, bien podría
ser su ruina.
Otro problema enorme de la UE es su aguda falta de
transparencia. alucinado como parece, en los últimos 20 años la Unión no
ha pasado ni una sola auditoría. De hecho, tan opaco es el estado de sus
finanzas que en 2002 Marta Andreasen, la primera contadora profesional que ha
servido como Jefe de Contabilidad de la Comisión, se negó a firmar las cuentas
de 2001 de la organización, citando la preocupación de que el sistema contable
de la UE estaba “abierto al fraude”. Después de hacer públicas sus preocupaciones,
Andreasen fue suspendida y luego despedida por la Comisión.
Sin embargo -y ciertamente la más peligrosa- falla
estructural de la UE es el enorme
déficit democrático. Parafraseando a Nigel Farage -el estridente británico
anti-UE miembro del parlamento europeo y que recomiendo que vean sus
videos-, la UE no sólo no es democrática, sino que es fundamentalmente
antidemocrática.
Mientras Farage puede ser tratado como poco más que un
excéntrico bufón de la corte por la mayoría de los principales medios de
comunicación -tanto en el Reino Unido como en el continente- sus
ideas están rápidamente ganando terreno entre los votantes. Como el columnista
del Daily Telegraph Peter Oborne destacó en una fascinante reseña (en inglés) del último libro de Peter Mair, Gobernando
el Vacío: El ahuecamiento de la Democracia Occidental, los partidos anti-UE
están aumentando en toda Europa:
” En Francia, las encuestas sugieren que el antisemita
Frente Nacional, que iguala a los inmigrantes ilegales con ‘bandas organizadas
de delincuentes’, ganará más votos que los partidos mayoritarios. El Frente
Nacional ha unido fuerzas con el virulentamente anti- islámico Geert Wilders en
Holanda, quien se compromete a reclamar la vuelta a la manera en ‘que
controlamos nuestras fronteras, nuestro dinero, nuestra economía y nuestra
moneda’. En Gran Bretaña es probable que Ukip gane en mayo”.
Muerte por mil y un recortes
Este aumento en el sentimiento anti-UE difícilmente debería
sorprender dada la impunidad con que las instituciones europeas han atropellado
sin miramientos las vidas y libertades de los ciudadanos europeos. Desde que se
quitó su máscara de benignidad en vísperas de la crisis financiera,
la UE ha obtenido uno de los asideros de poder más audaces y despiadados de la
historia moderna, ¡y sin disparar un solo tiro!
En lugar de utilizar los medios tradicionales de hacer la
guerra, ha empleado de manera mucho más sutil -pero de muchos modos no menos
brutal- la forma de guerra económica para lograr sus objetivos. Y esos
objetivos son por ahora absolutamente claros: lenta, y casi imperceptiblemente,
debilitar las instituciones de los estados-nación hasta el punto de depender
totalmente de Bruselas, y luego suplantarlas con las instituciones de la UE. Es
el equivalente financiero de la muerte por mil y un cortes.
Como señala el Instituto Transnacional en su documento de
trabajo “Laprivatización de Europa : usar la crisis para consolidar el neoliberalismo (en
ingles)”, la oscura ironía es que “una crisis económica que muchos proclamaron
como ‘la muerte del neoliberalismo’ ha sido, más bien utilizada para consolidar
el neoliberalismo.”
Como era de esperarse, la privatización ha jugado un papel
central en este proceso, a pesar de que los fondos recaudados hasta el momento
con las subastas del estado, representan una fracción exigua de la
sobresaliente deuda pública de cada nación. Ese pequeño detalle insignificante;
sin embargo, no ha disuadido a la Troika de exigir la liquidación por incendio
de virtualmente todos los activos y empresas de titularidad pública de Grecia,
así como muchos de los de España, Portugal, Irlanda e Italia.
Subastados están siendo en Grecia los servicios públicos de
gas, el transporte y los servicios postales, las autopistas, los aeropuertos,
los grandes puertos regionales e incluso el suministro de agua del país; todos
para ser vendidos a las multinacionales por centavos de euro. Islas y edificios
públicos también han sido puestos en venta.
Esto es a pesar de los tratados de la UE que establecen que
la Comisión es supuestamente “neutral” sobre la cuestión de la
propiedad pública o privada de las empresas, y pese al hecho de que el dinero
recaudado apenas menguará la ahora impagable deuda pública de Grecia. Lo que
hará, sin embargo, es favorecer la meta de la UE de vaciar el Estado griego.
Y no es sólo en Grecia donde el funcionamiento básico de la
democracia nacional se encuentra amenazado. Desde que comenzó el delirio de la
UE por salir de fiadores, los primeros ministros de Irlanda, Portugal y España
son ahora poco más que directores de sucursales para el Banco Central Europeo y
Goldman Sachs. [opinión personal].
Mientras tanto, como advierte el Instituto Transnacional, el European
Semester asegura que todos los proyectos de presupuesto de
los estados miembros son examinados por la Comisión y el Consejo antes de ser
revisados por los parlamentos nacionales. Las recomendaciones han incluido las
reformas de las pensiones que reducen las jubilaciones anticipadas
y cortan los presupuestos de seguridad social relacionados.
El Pacto Fiscal que entró en vigor el 1 de enero de 2013, le
otorga incluso un mayor poder de decisión a la Comisión y el Consejo Europeo
sobre los déficits de los estados miembros. Los estrictos requisitos de déficit
obligan a los estados miembros a poner en práctica la austeridad durante las
crisis y más allá. Estas normas presupuestarias vinculantes serán implementadas
en las leyes nacionales, y el no hacer esto puede dar lugar a sanciones
financieras.
El resultado inevitable es que las decisiones que afectan
visceralmente las vidas de 500 millones de votantes son ahora
tomadas por burócratas anónimos que no rinden cuentas en lugar de
políticos responsables ante sus electores. Como lo señala Oborne, “…por una espantosa paradoja la Unión
Europea, creada como una forma de evitar el retorno al fascismo en la época de
la posguerra, se ha convertido desde entonces en una forma de evitar la propia
democracia.”
Imperio no Imperial
Por supuesto, nada de esto ha sucedido por casualidad.
Incluso antes de que comenzara la crisis, las ambiciones imperiales de la élite
eurocrática estaban a la vista –por lo menos para aquellos que se atrevían a
mirar. En una conferencia de prensa del 2007 Manuel Barroso con orgullo y, de
hecho con aire de suficiencia, proclamó la creación del primer “imperio no
imperial” (ver video aquí):
“Los imperios se hacían generalmente por la fuerza, con un
centro que imponía [es decir], su voluntad sobre los demás. Pero ahora tenemos
lo que algunos autores han llamado un ‘imperio no imperial’. Tenemos como
dimensión 27 países que decidieron trabajar totalmente juntos, para aunar su
soberanía”.
Lo que Barroso olvidó mencionar fue que los pueblos de
Francia y Holanda ya habían rechazado con firmeza la idea de “poner en común su
soberanía” en sus respectivos referendos sobre la Constitución Europea. La
respuesta de la UE fue un presagio de lo que vendría: una comisión de
representantes no elegidos que volvía a redactar la constitución en un nuevo tratado que a escondidas
intercalaba los puntos más polémicos como enmiendas. No se celebraron
referendos de repetición en Francia u Holanda y cuando el único país que
ofreció un referéndum sobre el nuevo tratado, Irlanda, lo rechazó, se le
dijo por abrumadora mayoría y en términos inequívocos que volviera a las urnas
hasta que obtuviera la respuesta correcta.
Con mucho, el ataque más audaz de la UE (por no llamarlo
golpe de estado) contra la democracia del estado-nación se produjo en 2011,
cuando decidió, en el espacio de unas pocas semanas, reemplazar los gobiernos
elegidos tanto en Grecia como en Italia, por regímenes tecnocráticos
encabezados por ex comisarios europeos altamente conectados y alguna vez
asesores internacionales de Goldman Sachs – Mario Monti, en el caso de Italia,
y Lucas Papademos en el caso de Grecia. Como el eurodiputado conservador
británico lo dijo en ese momento, el verdadero rostro del proyecto europeo estaba
repentinamente allí para que todos lo vieran: “Los burócratas de Bruselas tratan directamente con los
burócratas en Atenas y Roma. Las personas son omitidas por completo y sus
representantes elegidos dejados de lado. Las lámparas se apagan en toda
Europa.”
Por supuesto, nada de esto sería posible si no fuera por el
abyecto fracaso de la democracia moderna del estado-nación, no sólo en
Europa sino en todo el mundo. Como escribió Mair en el primer párrafo de
su libro, aunque los propios partidos políticos permanecen, “se
han desconectado tanto del grueso de la sociedad, y llevan a cabo una
forma de competencia tan carente de sentido, que ya no parecen capaces de
sostener la democracia en su forma actual”.
Las élites europeas han explotado magistralmente esta crisis
de la democracia y la desafección resultante de los votantes y la apatía para
consagrar un nuevo sistema de gobierno de los burócratas, banqueros,
tecnócratas y los grupos de presión ( como informé en ATodo Vapor Adelante Para las Ganancias Fáciles de la UE (en ingles),
Bruselas es el hogar de la segunda mayor industria del lobby en el mundo, justo
detrás de Washington). En todo caso, podemos esperar que esta tendencia se
acelere en el 2014 en tanto los eurócratas buscan consolidar su asidero del
poder a través de la imposición de la gran banca y la unión fiscal de la UE.
Una vez hecho esto, la búsqueda del santo grial de la unión política en toda
regla comenzará en serio.
Para que la UE sea capaz de darle este último golpe de
gracia a sus décadas de golpes de estado dependerá de dos factores vitales: su
capacidad para seguir evitando que la realidad económica impacte los mercados
financieros; y la disposición de los cientos de millones de europeos para
ser arreados y acorralados hacia una nueva era de la tecnocracia.
Para el ejemplo de España, venderse salió barato (a la Unión
Europea)...
El montante total de ayudas comunitarias destinadas a España
para el período 1989-2006 se eleva a 97.721,3millones de euros a precios de
1999, de los cuales 84.935,9 millones corresponden a los Fondos Estructurales y
los restantes 12.785,4 millones al Fondo de Cohesión.
Las ayudas europeas habrían supuesto una perturbación
positiva a la economía del 1% de la producción real anual (1989-2006). Las
ayudas comunitarias habrían supuesto un plus de crecimiento en la economía
española de 0,38%. Las ayudas comunitarias habrían implicado una renta por
habitante en promedio 638 euros de 1999 superior a la que habría resultado en
su ausencia. Las ayudas comunitarias (1989-2006) habrían supuesto una reducción
media de la tasa de paro de 0,17%. El saldo financiero neto recibido por España
de la UE suponía un 0,83% de nuestro PIB.
En 1979, España era la 8ª potencia industrial. Hoy ocupa el
puesto 17º... El PIB industrial representaba casi el 33% y en la actualidad
representa poco menos del 16%. Se podría decir más alto pero no más claro. El
que no lo vea es, sencillamente porque no quiere verlo ya sea por miedo o por
vergüenza.
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