Un meteorito de 10.000 toneladas explotó a 14 millas por encima de Chelyabinsk, Rusia, el 15 de febrero de 2013. A diferencia de eventos similares en el pasado, esta vez los científicos tuvieron los instrumentos sensibles del satélite Suomi NPP para recoger datos y ayudar a rastrear y estudiar la nube de meteoritos durante meses.
Poco después del amanecer el 15 de febrero de 2013, el meteoro o bólido, que media 59 pies (18 metros) de ancho y un peso de 10.000 toneladas métricas, entró en la atmósfera de la Tierra a 41,600 mph (18.6 kilómetros por segundo). Quemandose por la fricción con el aire de la Tierra, la roca espacial explotó a 14,5 millas (23.3 kilómetros) de Chelyabinsk. La explosión lanzó más de 30 veces la energía de la bomba atómica que destruyó Hiroshima.
Los datos del modelo y de satélite muestran que cuatro días después de la explosión del bólido, la porción, convertida en polvo, más rápida y que quedó a más altura (rojo) había serpenteado por completo todo el hemisferio norte volviendo a Chelyabinsk, Rusia.
Algunas de las piezas sobrevivientes del bólido fueron cayendo al suelo a lo largo de su serpenteo. Sin embargo, la explosión también depositó cientos de toneladas de polvo en la estratosfera, lo que permite un satélite de la NASA hacer mediciones sin precedentes de cómo el material formó un cinturón de polvo estratosférico delgado pero cohesiva y persistente.
Fuente: NASA
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