El 3 de octubre de este año, Miguel Blesa, de 66 años de
edad, ex director general de Caja Madrid, se
casó con Gema Gámez de39 años de edad. No se escatimaron gastos en
calidad de invitados de las altas esferas de la sociedad madrileña, entre ellos
el expresidente José María Aznar, se reunieron en la exclusiva villa de Las
Jarillas para presenciar el intercambio de votos y la firma ritual.
A pesar de la presencia de grupos de manifestantes en el
perímetro del lugar, fue una ocasión abrumadoramente feliz - especialmente para
el novio. No sólo se casaba con una mujer 26 años más joven que él, también
era un hombre libre.
Hace apenas cuatro meses Blesa ocupaba una celda en la notoria
prisión de Madrid de El Soto. Acusado de delitos graves, tales como la
participación en las irregularidades en la compra de Caja Madrid del City
National Bank of Florida, fraude
financiero y de "apropiación indebida" - jerga legal por robo de
guante blanco – A Blesa ni siquiera se le concedió la libertad bajo fianza por
el juez.
Un ligero temblor de miedo se deslizó a través de las altas
esferas de la banca de España, las empresas y las comunidades políticas
imaginando las noches de insomnio y posibles llamadas nocturnas a sus abogados
por parte de Blesa. Era evidente que algo había que hacer, y rápido. Y, para
alivio eterno de Blesa y sus secuaces, la respuesta del poder judicial fue
rápida y decisiva. Acusar juez Silva de vulnerar
la libertad individual de la parte demandada, de convertir el caso en una
causa en contra de la profesión bancaria en su conjunto, y de la perversión de
la justicia, el fiscal llevó el caso a la Audiencia Nacional, donde se tomó la
decisión de liberar a Blesa de su entorno indecoroso.
Es increíble lo rápido que las ruedas de la justicia semueven
en España cuando un banquero o alguien afín al gobierno (antes de convertirse
en director general de Caja Madrid Blesa era un alto miembro del Partido
Popular), se encuentra en el punto de mira de la ley.
Desde su salida de prisión, la defensa de Blesa ha pedido el
cese indefinido de la causa contra su cliente. En cuanto al juez Silva,
las circunstancias no han sido tan amables. La
querella presentada por la Fiscalía de Madrid se refiere a delitos de
prevaricación, retardo malicioso en la Administración de Justicia y delitos
contra la propiedad individual que habría podido cometer en varias decisiones
sobre la investigación del crédito a Gerardo Díaz Ferrán y la compra del City
National Bank de Florida, entre ellas la de enviar a Blesa a prisión
incondicional el pasado 5 de junio. Silva se enfrenta hasta 40 años de
inhabilitación.
En una reciente entrevista con la edición española de la revista Vanity Affair Silva lamentó las fallas de un sistema de justicia que trata a los ciudadanos de alto standing (banqueros, magnates de negocios, políticos y la realeza), de una forma más amable que todos los otros miembros de la sociedad. También se refirió a la crónica falta de independencia judicial en España - un tema cada vez más importante dado el contexto en constante aumento de la corrupción política y la malversación financiera en el país-.
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