Con el fin de financiar la enorme deuda de EEUU, el resto de países del mundo deben continuar utilizando los dólares para comerciar unos con otros y seguir comprando la deuda pública estadounidense a tipos de interés ridículamente bajos. Por supuesto, la principal nación de la que EEUU depende en este juego es China.
China representa un nivel comercial global superior a cualquier otro en el planeta (incluyendo EEUU) y la mayoría de ese comercio es realizado en dólares estadounidenses. Esto mantiene la demanda de dólares muy alta y asegura que EEUU pueda importar bienes del extranjero a muy bajo costo. Como gran nación exportadora, China acumula una gigantesca cantidad de dólares. Más tarde, China presta esos mismos dólares a EEUU a tipos de interés ridículamente bajos. En este punto, China posee más de deuda nacional norteamericana que ningún otro país.
Sin embargo, existen signos de que China ha decidido dejar de jugar el juego de EEUU y ha comenzado a dejar de adquirir deuda pública estadounidense y a alejarse del dólar. Si esto se confirma, la prosperidad económica norteamericana podría desaparecer muy rápidamente. La demanda de dólares estadounidenses desaparecería y los precios subirían. Y la tasa de interés sobre la deuda estadounidense y todo lo demás en el sistema financiero norteamericano subiría hasta niveles enormes.
En noviembre, el Banco Central de China anunció que “ya no favorece a China el acumular reservas de divisas extranjeras”. Esto significa que la reserva de dólares que el país asiático tiene en su poder ya no va a aumentar.
Además, China ha firmado una serie de acuerdos sobre divisas con otras naciones en los dos pasados años, que llevarán a que menos dólares estadounidenses sean utilizados en el comercio internacional.
China comenzó además a vender deuda pública estadounidense en el mes de diciembre. Un reportaje de Bloomberg señaló que de un día para otro China se deshizo de 50.000 millones de dólares de deuda pública norteamericana, la mayor cantidad en dos años. Esto podría ir seguido por otras ventas.
Si China ya no está interesada en acumular dólares o deuda pública de EEUU, ¿qué es entonces lo que va a acumular?
Se trata del oro, por supuesto. De hecho, China ha estado acumulando oro desde hace algún tiempo y su apetito por el por él está creciendo. Según Bloomberg, más del 80% del oro que fue exportado desde Suiza el pasado mes ha ido a parar a Asia. De esta cantidad, China (incluyendo Hong Kong) se hizo con el 50,3%, la India con el 14% y los Emiratos Árabes Unidos con el 7,9%.
China sabe que el oro es una moneda universal que mantendrá su valor a largo plazo. Dado que el dólar está amenazado con un colapso en un futuro, China prefiere adquirir una moneda real y esto cambiará el juego de las relaciones internacionales cuando se ponga de manifiesto.
Esta nueva política china de adquirir oro y deshacerse del dólar va a enviar una onda de choque a los mercados internacionales y convertir a China y al yuan chino (la moneda nacional) en actores más decisivos en el sistema financiero internacional. Y si China y (eventualmente el resto del mundo) se aleja del dólar y del sistema financiero estadounidense las consecuencias para EEUU y su poder serán dramáticas.
Así por ejemplo, la tasa de interés que el gobierno de EEUU paga ahora por la deuda es del 2,477%. Eso es ridículamente bajo y muy por debajo del nivel real de inflación. No es simplemente racional que alguien tenga que prestar dinero al gobierno de EEUU a unos tipos tan baratos y en algún punto se va producir un cambio fundamental.
Cuando ese día llegue, los tipos de interés norteamericanos se van a incrementar dramáticamente. Y si el tipo medio de interés del gobierno estadounidense asciende a sólo el 6% (y la cifra podría muy superior), EEUU pagará más de un billón de dólares al año sólo en intereses por la deuda nacional.
Peor aún sería el efecto para el sistema bancario estadounidense. En la actualidad, cuatro grandes bancos de EEUU están expuestos al mercado de los productos derivados por una cantidad superior a los 40 billones de dólares. Los derivados de los tipos de interés suponen la mayor parte de los contratos de productos derivados que manejan estos bancos. Cuando la burbuja estalle, mediante la subida de los tipos, el desastre promete ser espectacular.
Los signos están ahí y son claros.
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